Capítulo 12: Bienvenida.

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Capítulo 12: Bienvenida

21 de Agosto, 2017

Me veo a través del espejo, la blusa de color blanco me queda perfectamente entallada, demostrando tanta limpieza, sin ningún pliegue. Llevo lo que llaman un jean clásico, oscuro, que me llega hasta la cintura y ensancha las caderas. Mis zapatillas también son blancas con los pasadores amarrados en dos lazos perfectos, y sujetando el pantalón tengo una correa negra de cuero. Recojo mi cabello en una coleta de caballo, amarrándola con un carmín en todo lo alto de mi cabeza, suspiro al ver en lo que me he convertido. Una simple y desganada adolescente del siglo XXI.

Huelo el aroma del café recién preparado, he descubierto que existen diferentes tipos de café, lo averigüe gracias a que Sabina me llevó a un local llamado starbet... Starbut o algo así.

Aunque en esta ciudad la mayoría toman té, tienen hasta una hora del té, la cual respetan mucho. Coloco cada cosa en su lugar, mi pieza es diminuta por lo que mientras más limpia y ordenada la mantenga, más grande se va a ver.

- Audrey, date prisa.

Revoleo los ojos y me apresuro a ir con ella. La chica de cabello castaño ha comprado bagels con queso crema, ingiero todo a mi velocidad y disfruto un poco más del café con leche.

- Quizás si le echas un poco de sangre sepa mejor.

- Sí, quizás en otro momento. Ahora vamos.

Siento un hormigueo en el estómago de saber que saldré de este lugar, o mejor dicho, de saber que estaré más cerca de Darien. No quería ahondar en mis pensamientos de la mañana anterior, cuantas ganas tenía de matar a esa mujer, de beber hasta la última gota de lo que su miserable cuerpo contenia, sin embargo, algo que me caracteriza, es mi inteligencia. Soy una mujer demasiado inteligente como para resolver las cosas así de fáciles.

Quizás no la mataría... No por ahora, pero hallaría la manera de que pague por haber tomado lo que es mio, por si quiera haber posado sus ojos sobre mi amado.

Recojo el bolso de color marrón y ambas salimos de la casa. El transporte público se siente como una tortura, tantos humanos juntos en un lugar tan pequeño empiezan a nublar mi mente, presiono con una mano el dije que me regaló Darío, aún lo llevo como un colgante sobre mi pecho junto a la pulsera que disfraza mi especie.

Además de las revistas, la televisión por cable y los libros, escuchar a los humanos es como enterarme de todo a la vez, desde chismes, historias, relatos y hasta alguno que otro delito. Me causa gracia que sean tan inocentes... O tan estúpidos de no notarnos entre ellos, los rodeamos, nos paseamos frente a sus caras, y ellos no tienen ni la más remota idea de nuestra existencia. Media hora más tarde, las puertas se abren y comienzan a empujarme.

- London Lux High school, aquí bajamos.

Debo acostumbrarme a ver a tanta gente alrededor, todos vestidos prácticamente iguales. Camisa blanca, y jean. En sus pechos llevan una insignia, supongo se trata de la escuela.

- Camina Audrey. - me apresura Sabina quien mueve los pies de manera graciosa, quiero reír pero me contengo en cuanto siento una extraña tensión sobre mí.

Recorro los alrededores con la mirada, cayendo en cuenta que más de uno me observa con evidente descaro, fijándose en mi rostro, en mi cuerpo, en mi manera de caminar, de vestir.

Es ella...

Es ella...

Todos lo repiten, todos hablan de mi como si fuese alguna especie de bicho raro y eso me enfurece.

El Despertar de AudreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora