Capítulo 27: La Advertencia

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Capítulo 27: La advertencia.

No está bien, no lo está.

Me repito mientras perforo otra bolsa de sangre con mis colmillos y bebo todo de una sola vez.

— Audrey... — la voz de Marshall suena lejana, es notable que ni siquiera él se siente calmado ante esta situación. — Lo resolveremos.

Lo fulmino con la mirada y lanzo la bolsa vacía al tacho, mi garganta arde, en realidad parece como si necesitara dos mil mililitros más de sangre, porque entonces no es suficiente.

— No puedo hacerlo.

— Por supuesto que no lo harás. — observó a Marshall quien por lo visto está preocupado. — Ni siquiera entiendo como fuiste capaz de dejarle su vida a Irina.

— Marshall. — gruño. — No me digas lo que ya sé, me equivoqué, lo admito.

—Pues es un alivio que al menos admitas tus errores. — entorno los ojos y mis dientes chocan entre si cuando los aprieto de más. — Fue una locura, te lo dije desde el principio.

— Es solo que... —Pensé que tenía todo bajo control. —trago saliva y me siento sobre la cama.

La habitación de un motel, a esto es a lo que nos hemos tenido que conformar, a una apestosa y minúscula habitación de un motel. A decir verdad, me resulta más confortable que pasar unos días en la bajo el techo de Irina sabiendo que quiere apuñalarme con una estaca en cualquier momento.

Suspiro con frustración y dejo caer mi espalda sobre el colchón.

Maldita seas Irina, maldita seas tú y tus malditos millones, maldita sea tu mansión y el poder que ejerces en este lugar.

— Debo recuperarlo. — me pongo de pie y aparezco frente a Marshall. — Debo recuperar lo que es mío.

— Audrey no creo que...

— ¡Me pertenece! — exclamo. — todo eso me pertenece de alguna u otra forma y lo sabes.

— ¿Sabes lo difícil que será recuperar todo eso? — su rostro de evidente preocupación no me amínala en lo absoluto. Asiento con firmeza y camino en dirección a la ventana.

—Por supuesto que lo sé, no soy idiota.

— Primero debes resolver que hacer con Darien. — cierro los ojos por unos segundos y al abrirlos y observo la bella ciudad de Bran, me resulta reconfortante admirarla, saber cuánto ha crecido y lo mucho que ha cambiado. Para bien, sin embargo, es visible que una parte de esta ciudad se ha quedado en el pasado y que hay nosferatus oprimidos en todo esto lo cual por supuesto que no debería ser el caso.

¿Qué pasaría si Bran se convirtiera en la primera ciudad donde los nosferatus no tuvieran que ocultarse?, no tuviesen que fingir o aparentar ser humanos, donde nuestros poderes pudiesen apreciarse. Sonrío de solo imaginarlo, Bran se convertiría en un refugio, un refugio para toda nuestra especie reprimida tantos años por la humanidad, la especie que se cree superior a nosotros.

No obstante, si algún día quiero lograr todo aquello, debe haber sacrificios, sacrificios que, aunque me partan el alma y el corazón se deben realizar.

— Lo haré. — mascullo y siento que se me hace un nudo en el pecho.

— ¿A qué te refieres Audreyanna?

— Mataré a Darien, y le llevaré su corazón a mi hermana. No como ofrenda de paz, lo haré para demostrarle que soy capaz de muchas cosas.

—Audrey no lo hagas.

El Despertar de AudreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora