Capítulo 32: El Mal Acecha

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Capítulo 32: El Mal acecha.

Viernes 06 de octubre, 2017
Darien

—¿A qué te refieres con que se fue? — ella aprieta los labios de la boca y vuelve a mirar hacia afuera, luego con un movimiento de cabeza me indica que pase.

— Entra, no es seguro aquí afuera.

—¿No es seguro? Puedes explicarme ¿qué diablos está pasando? — una serie de preguntas asoman mi cabeza mientras Sabina tira de mi remera para meterme a su apartamento y luego coloca tres seguros y un candado a la puerta.

Entiendo que algo ha cambiado, su forma de observar todo, de parecer alerta y temerosa a lo que pueda ocurrir. La seguridad en su apartamento y por último la desaparición de Audrey.

—Es... Es difícil de explicar. —pasa las manos por su cabeza y camina en dirección a la cocina.

— Pues tengo mucho tiempo como para escucharte Sabrina. —espeto. —O supongo que debería llamarte Sabina.

Ella entrecierra los ojos y me señala con una cuchara de metal. —Tú... por poco se me olvida que tú lo sabes. — balbucea algo entre dientes que no logro escuchar. — Sinceramente, no entiendo que haces aquí Darien, pensé que estarías en la escuela, haciendo tu vida, disfrutando de tus amigos, tu novia y... Ya sabes. — se encoge de hombros.

— Danerys no es mi...

—Da igual, podrás decir muchas cosas, pero no puedes negar algo demasiado obvio.

En grandes zancadas llego hasta ella y tomo su muñeca haciendo que detenga el movimiento de su mano a punto de echar azúcar a una taza de café.

— Quiero saber que está pasando Sabina. ¿A dónde fue Audrey? ¿Y por qué tanto misterio? — frunzo el cejo.

Ella se suelta, casi sin esfuerzo y se da la vuelta para servirse agua caliente, parece meditar mis palabras más no dice nada aún.

—¿Qué es lo que quieres saber?

—Pues todo —levanto las manos exclamando. Ella deja la taza sobre la mesa y se cruza de brazos.

— No te entiendo Darien, de verdad que no lo hago. Tampoco entiendo a Audrey, pero  ella nadie la entiende, es indescifrable, ni siquiera ella misma se entiende.

—¿A qué te refieres?

—Rechazaste a Audrey, aun cuando ella fue a buscarte. — a mi mente recaen las imágenes del rostro de esa bella mujer, de sus lágrimas, de su semblante acongojado y lo duras que fueron mis palabras. —¿Entonces que haces aquí?

—¿Por qué fue a buscarme? ¿Por qué estaba tan desesperada con irse?

—Ayayay, no me bombardees de preguntas. — levanta las manos sacudiéndolas en el aire.

— Necesito respuestas.

—Pues no soy yo quien debe dártelas. —aprieta los labios. —Tuviste tu oportunidad Darien, debiste irte con ella.

—¿Por qué?

— Porque estás en peligro, tú, ella, todo el mundo está en peligro. — pasa saliva y sus manos tiemblan sosteniendo una taza de porcelana. —Es peligroso que estés aquí.

—Dijiste que era peligroso allá afuera.

—No tanto para ti. —se encoge de hombros.

— Sabina por favor, necesito saber que está pasando. Necesito encontrar a Audrey.

—¿No lo entiendes verdad? — deja la taza sobre la mesa de granito y se acerca a mí. — Si un vampiro no desea ser encontrado. Es muy difícil que lo halles.

El Despertar de AudreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora