Like || Claudio Meyer.

Capítulo 13.

Claudio pidió un trago más y Pablo le sirvió. Ya son más de 5, los tres rieron y yo me crucé de brazos mirándoles con enojo.

—¡Claudio, ya! —exclamé arrebatándole el vaso de plástico, lo dejé sobre la mesa a nuestro costado y volteé encontrándome con la mirada molesta del argentino.

—¡Déjame, quiero seguir tomando!

—¡No!

Lo tomé del brazo y comencé a jalarlo lejos de ahí, salimos al pasillo y Claudio pasó su brazo por mis hombros.

—Estás muy mal, Meyer —susurré mientras caminamos por el pasillo.

—¿Ahora soy Meyer?

No respondí, seguí caminando sosteniéndolo como pude, Claudio rió pegándose más a mí.

Eso me puso demasiado nerviosa.

Llegué primero a mi habitación y decidí entrar ahí, abrí la puerta y entré con Claudio contándome el peor chiste del mundo.

—¿Por qué no te reís? A ver, te lo voy a contar una vez más ¿sí?

Cerré la puerta detrás nuestro y traté de no sonreír, pero me fue imposible, lo ayudé a sentarse y me senté a su lado mirando la hora en mi celular.

—¿Que le dice un mimo a otro mimo? —se acomodó en el sofá y volvió a reírse del bendito chiste.

—A ver... ¿Qué le dice? —volteé hacia él y lo observé reír.

Tan lindo.

—Este es mimomento.

Soltó una carcajada y luego de tanto también me reí.

—¡Es el peor chiste, Claudio!

—¡Ahí va otro! ¿Qué le dice un jardinero a otro jardinero?

—¿Qué le dice?

—Nos vemos cuando podamos.

—Es malísimo.

—¡Es buenísimo!

Los dos reímos pero después dejamos de hacerlo, nos miramos por un momento a los ojos.

Mi celular vibró a mi lado y la pantalla se encendió.

Thiago.

—¿Tu noviecito? 

—No es nada —murmuré haciendo el celular a un lado.

Claudio tomó fuerzas para ponerse de pie.

—¿A dónde vas?

—Me largo de acá.

Me levanté detrás de él y lo tomé del brazo al verlo tambalearse.

—¿Por qué mejor no te vas con tu noviecito y me dejas en paz?

Claudio intentó caminar hacia la puerta pero me puse enfrente, él se tambaleó e hizo que cayeramos sobre la alfombra.