Capítulo 41.

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Entre todos organizaron una súper reunión en Like, armaron todo para que el instituto se quedara vacío, sin Humberto, sin maestros, sin guardias de seguridad. Nuestro director sustituto terminó mandándonos a nuestras casas. Antes de "irme" de Like hablé con Gabriel, me dijo que iría al karaoke con Soledad, Luca y mi tía Elena, también invitaron a Humberto. Yo le dije que me iría a quedar con Manuela y Jessica.

Mentira.

Todos nos quedamos cerca de Like, cuando vimos que Humberto y los demás se fueron, todos corrimos hacia la entrada. Claudio y yo caminamos detrás de Silverio por el pasillo principal.

—¡Like es nuestro! —gritó el moreno después de unos segundos.

Y la fiesta comenzó.

—Celulares

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—Celulares.

Antes de entrar a la sala con los demás, Daniel se puso frente a nosotros con una caja de cartón pidiéndonos nuestros celulares.

—Celulares, parejita, o no pueden pasar.

—Está bien.

Dejamos nuestros celulares dentro de la caja y Daniel sonrió haciéndose a un lado.

—Diviértanse.

Claudio palmeó su hombro y pasamos a la sala, donde vimos a la muñequita diábolica discutiendo con Silverio.

—Yo sé que te encantan mis bromas pero ahora sí hablo enserio, terminamos Kathy —sonrió.

¿Terminan?

¿Y desde cuándo son novios estos dos?

Pero no puedes terminar conmigo, estás loco.

—Ya lo hice —el moreno le dió un sorbo a su bebida.

—¡¿Pero cómo?! Si yo te complemento a ti.

—¿Tú me complementas? Osea, para complementarme necesitaría tres Kathy's por lo menos, ¿sabes? Adiós chiquita.

Silverio soltó una carcajada y se alejó.

—¡¿Que están viendo, par de idiotas?! —gritó la pelirroja cuando se dió cuenta que habíamos visto la escena.

Silverio llegó con nosotros con otra compañera y botellas de alcohol, nos ofrecieron pero yo no acepté, hoy no quería tomar nada. Los cuatro nos quedamos hablando por un rato, hasta que escuchamos unas voces en la entrada de la sala. Nos asomamos viendo a Daniel con Christian.

Wey ya valimos —susurró Silverio.

—¿Qué está haciendo acá?

—¿No se había ido al viaje con Victoria y los otros maestros? —preguntó nuestra compañera, Minerva.

—¡Tranquilo, Dani! No voy a decir nada, estoy aquí para divertirme con ustedes.

Palmeó el hombro de Daniel y sonrió entrando a la sala.

Like || Claudio Meyer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora