Capítulo 35.

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Ulises escupió a Daniel en la cara al escuchar el audio de la señora Ruiz, todos intercambiaron miradas y empezaron a murmurar cosas. A mí se me bajó toda la borrachera, fijé mi mirada en Emilia, quien apagó su celular.

—¿Escuché bien, Emi? ¿Tienes una hija?

—¿Estás bien? Emilia, tranquila, los que de verdad te quieren no les va importar, tranquila —Tony se acercó rápidamente poniendo una mano sobre el hombro de la pelinegra.

¿Qué? ¿Ella lo sabía?

Emilia —volví a llamarla.

Ella tomó el micrófono y asintió lentamente.

—Si, si tengo una hija y ahorita está bien enferma, y voy a ir con ella —dijo para después salir corriendo con Antonia y Claudio detrás diciéndole que la llevarían al hospital.

Reaccioné. Dejé mi botella a un lado y salí corriendo de la casa, pero al llegar, ya no los alcancé. Así que cuando la fiesta se terminó volví a Like con León, lo ayudé a casi cargar a Machu, quien esta vez sí se pasó, tomó mucho, más que todos yo creo. Keiko ayudó a distraer a algunos maestros para que no vieran a la castaña así toda borracha.

—Es que la chola chula tiene el poder de dejarnos a todos como idiotas —volvió a decir Machu cuando entramos a su habitación.

—Ya neta, parale —murmuró León con cansancio.

Machu no había parado de hablar de Emilia en todo el camino.

—¡No! ¿cómo que le pare, León? ¿Por qué le voy a parar? ¡Saben qué... la chola debería tener un holograma!

¿Un holograma?

Digo un monumento.

Ah.

—Deberíamos hacerle un monumento a la chola, porque es chola, chula, mamá, papá, luchona, baja novios, ratera, insoportable y todo al mismo tiempo, yo no puedo ni bañarme y cantar al mismo tiempo.

—Ya, Machu, ya.

León se trepó a la cama de su novia, y Keiko y yo la ayudamos a ella a subirse. La castaña se dejó caer en la cama hablando de no sé que, la verdad no le entendí nada.

—¡Gracias, chicas! Por ayudarme a traerla, y que nadie la viera también —agradeció León.

Machu trató de decir algo pero no pudo, bajó rápidamente de la cama y Keiko la ayudó a ir al baño para que se vomitara. En ese momento la puerta se abrió y Antonia entró.

—¿Qué onda? ¿y Machu?

—Está huacareando en el baño —señalé.

—¿Es neta?

—Sí —respondimos León y yo al mismo tiempo.

—¿Y Emilia? ¿Cómo está ella? ¿cómo está su hija? ¿y Claudio? —pregunté. 

—Emilia y su hija están bien, Claudio me dijo que ya la van a dar de alta, se quedó con ellas, las va llevar a su casa.

¡Que bueno!

Eso es bueno —Keiko regresó con nosotros.

—Sí, muy —Tony asintió con una sonrisa.

—Que bueno pues por fin la chola hizo alguna cholomaravilla —dijo Machu volviendo también.

—María Asunción del dulce nombre, ¿qué haces? —Tony se cruzó de brazos.

—No me digas así, soy Machu, soy tu amiga Tony.

—¡A ver, ya súbete, que andas bien insoportable y toda borracha! —León la tomó de la muñeca y entre Tony, Keiko y yo la ayudamos a subir nuevamente a su cama.

Like || Claudio Meyer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora