PSICÓPATA || JAEDEN MARTELL

09

Viernes
11: 11 am

11:11, deseo que Jaeden este bien.

La clase acabo y nos cambiamos de salón. En todas las clases que he tenido en el día, no he puesto la mínima atención.

Siento que Jaeden tiene algo, pero algo que lo atormenta, empiezo a creer que todo lo que dicen de él es cierto.

-¡Coleman!

Oh no...

-¿Si?- levanté la mirada.

-Ya van varios profesores que se quejan de su atención a las clases, y en este caso no será así, así que, a la dirección.

Suspiré, tomé mis cosas y me fui.
Genial, en la primer semana de clases, ya iré a la dirección.

(...)

-Muy bien Coleman- el director se sentó -me sorprende su conducta, no esperaba eso de usted.

—Lo siento, no me he sentido bien.

—Pues no me queda de otra más que suspenderte.

—¿Suspenderme? pero si acabo de entrar a la escuela.

—Es que ni haz puesto ni un mínimo esfuerzo desde que llegaste, a este punto deberías de ir a la par que los demás. Ese fue el trato para dejarte entrar aquí ¿o lo olvidaste?

Lo olvidé, él tiene razón. No pude decir nada así que lo que hice fue asentir apenada.

—Para que no te lo tomes tan a pecho y como es tu primera semana, solo te daré un día, para que reflexiones.

(...)

-Claro Sophia, ¿cómo decirle a tu nana que te mandaron un día de suspensión "para reflexionar las cosas".

-¿Suspensión?, no era para tanto.—dijo, íbamos caminando para llegar a nuestras casas.

-Sí, la escuela es demasiada estricta...

Recordé, mañana es viernes, y...
Tendré que ver a mi padre. ¿No se puede poner más horrible el día?

-Bueno ________, llegamos a mi casa, ¿quieres pasar?

-No gracias, sabes que, mejor que tal si nos vemos hoy en el café, necesito hablar con alguien.

-Muy bien, nos vemos luego.

Caminé y me dirigí a mi casa.

(...)

-Hola Harry -dejé mi mochila en el sillón.

Él había venido a visitar a mi hermana.

-Hola ____.

-¿Cómo está tu primo?

-Pues bien, pero la verdad, si se puso muy mal, nunca lo había visto así.

—Lo siento mucho, pero le deseo lo mejor. Ustedes sigan en lo suyo, cualquier cosa estaré en mi cuarto.

(...)

-Muy bien __________. ¿De qué querías hablar?

-Ok, pero primero que nada, ¿Por qué traes esa correa en tu muñeca.

-Es Max- la jaló -mi hermano.

-¿Por qué lo tienes en una correa?

-Era eso, o tenerlo aquí a lado con nosotras. Me tocó cuidarlo hoy.

-No, así está bien. Bueno, lo que te quería decir es que, estoy empezando a creer que el rumor de Jaeden es real.

-¿Y a penas te das cuenta?—rio irónicamente

-Sí Sophia, gritalo más fuerte si quieres.... Lo que quiero decir es tengo algunas supuestas pruebas.

-¿Cómo cuáles?

-Pues, recuerdas cuando murió Aranza.

-Continúa.

-Jaeden y yo tuvimos que hacer un trabajo en parejas, lo terminamos y mientras fui a ver a mi hermana. Pero cuando regrese Jaeden ya no estaba, y fue justamente cuando prendí el televisor y salió el caso de Aranza.

—¿Estas más que segura? — asentí— pero tenemos que decirlo a los demás.

—¡No Sophia! No tenemos las pruebas necesarias, solo era una suposición. Como los rumores que dicen de él.

—Pero tú tienes más posibilidades de decir que es cierto, estuviste con él esa noche.

—Sophia tranquila, Jaeden no es el único homicida en la ciudad, diario pasan estas cosas, tal vez fue coincidencia.

—Por favor ________ ¡abre los ojos!, jamás te creí que fueras así, cubriendo al asesino y dejar de lado a la víctima.

—Yo no diré nada hasta que sepamos que fue él. No quiero dar malos entendidos.

—Como quieras, pero en esto no te apoyaré, ojalá reflexiones y veas que la respuesta está frente a ti.

(...)