PSICÓPATA || JAEDEN MARTELL

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Tenía muchas cosas, solo quería despejar mi mente. No tenía a nadie en contra o a quien que me haya molestado. Así que solo fui a mi lugar especial.

Dejé mi mochila a un lado y me recargue en el respaldo de el asiento. Inhale y exhale con mucha tranquilidad. Hace años que no me sentia así. Solo cuando estaba con mis padres. Exacto, hace años.

Ya no es lo mismo, me hubiera quedado dormido y nada hubiera pasado. No sabía que pensar en ese momento. Tenía poca edad para pensar con mucha madurez, sertesa y seguridad.
Tal vez hubiera sido mejor que solo me hubieran pasado las cosas a mi. Solo a mi. Pero el "hubiera" no existe. El tiempo sigue y te tienes que acoplar a él sea la manera que sea.

Esto de la vida no es lo mío. Aveces cuando hago que una persona deje de existir, pienso que soy yo. Anhelo que sea yo y nadie más. Quisiera tener el amor de mis padres siempre. Pero yo estoy aquí abajo y ellos arriba.
¿Por qué no me quito la vida yo?, porque pienso que algún día saldré de todo este lío. Que tengo más por delante que solo "dedicarme" a esto.

Lo he tomado como una rutina, ya no lo pienso dos veces, solo dejo que las cosas fluyan y listo. Mi trabajo por el día terminó.
No soy bueno tratando de ocultar mis emociones. Pero en lo que soy experto es que no dejo ni un solo rastro sobre mis actos.

Claro, no mato gente sí porque sí. Tengo mis razones, cuando me hacen algo que no me agrada, que me enfurece demasiado o cuando veo que a una persona la cual le tengo mucho afecto le están haciendo daño.

Temo a que algún día, Clarissa sepa la verdad. ¿Clarissa, quién es? La madre de mi primo, mi primo es Harry. Solo Harry lo sabe, ese es un secreto muy fuerte. Pero tango 17, pronto 18 y ya tengo un hogar a donde irme cuando cumpla la edad primordial. O si Clarissa se entera antes.

La he traicionado, ella brindandome un techo, comida, dinero, escuela, algunos pequeños lujos y yo portandome tras sus espaldas como una mierda total.

¿Por qué aceptó recibirme en su acogedora y hermosa casa? Tenia tan solo 8 años cuando sucedieron los echos muy desafortunados. Clarissa es como mi segunda madre.
La quiero mucho.