PSICÓPATA || JAEDEN MARTELL

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—Te lo repito, no le hagas daño a ella.

—Soy superior a ti, además, ella puede hacer lo mismo contigo.

—¿Qué?

—Sí ella no hace caso, adiós Jaeden.

—Tú también saldrías herido.

—¡Ja! ¿Y cómo?, si te recuerdo eres un simple adolescente.

No quería agrandar más el problema y colgué.

—Jaeden —Hannah me habló— _____ quiere verte.

Guardé el teléfono en mi bolsillo y entré a la habitación. ________ pidió que Angela y Hannah se fueran y así lo hicieron.

—¿Para qué me querías ver?

—Muchas gracias Jaeden... Te amo.

¿Y ahora qué?

—Ammm...y-yo también.

—¿Lo dudaste?

—Claro que no, solo que no estoy acostumbrado a esto.

—Vamos, cállate y besame.

Tal vez no somos nada, pero cómo podía negar sus besos.
Y tal vez no somos nada por mi culpa.

—Oye —me separé — ¿De quién era el mensaje?

—Un chico, no le tomes importancia.

—¿Un chico?

—Ajá, ¿por qué?

—¿Qué te decía?

—¿Por qué tantas preguntas ______?

—Solo quiero saber.

—No sé su nombre, no me lo dijo... Decía que tú estabas involucrada en esto— en su cara había mucha preocupación —... ¿Es cierto ________?... ¡Respondeme!

—¡No me grites!

—Perdón... ________ por favor respondeme.

—Sí Jaeden. Lo siento, todo es mi culpa— su semblante había cambiado, esta muy triste.

—¿Por qué?— reincorpore mi posición.

—Lo mejor es que te apartes de mí.

—Pero...

—Nada Jaeden, es lo mejor para los dos.

Tal vez si lo era, no quería insistir más, tomé mis cosas y me fui.
Fui a casa y tome lo necesario, estaba muy decidido a lo que iba hacer. Claro, tenía que investigar, pero no sé por dónde empezar.

—¡Hey, espera!

—¿Qué pasó?

—Tengo lo que necesitas.

—¿Cómo?

—Acompáñame —tomó mi mano.

Dudoso deje que siguiera con lo que estaba haciendo y la seguí.