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En los días después de el asesinato fueron puras noticias, todo sobre aquel tema.

Para despejarme un poco salí, tomé mi saco rojo y me lo puse, era octubre por lo que empezaba a hacer más frío.
El viento se empezó a hacer presente, las casas adornadas de Halloween y el cielo nublado no me es de tanta ayuda para despejar mi mente.

¿Será buena idea en ir a ver a Jaeden?
Será lo mejor, no vaya a ser que cometa otra cosa.

Chat
Jaeden activo hace 15 min.


— Iré a tu casa. Quiero saber como estas.

Espere unos cuanto minutos.

No es necesario, muchas gracias.

—Lo es. Mándame tu dirección.

— (Dirección).

—Llegó en un momento Martell.

Entré a Google maps y la casa me quedaba a dos cuadras. Caminé y esta casa se me hacía familiar, dejé esa idea a un lado y toque el timbre. No tenía respuesta por lo que agarré unas dos piedras y las lancé a la ventana.

—¡Abre Jaeden!...¡Tengo frío!.

—¿Por qué?

—¡Tengo frío, abre de una buena vez!.

En menos de un segundo la puerta ya estaba abierta.

—¿Vives aquí? — deje mi saco en el lujoso sillón.

—No, solo quise entrar a esta casa y fingir que es mía.

Lo fulmine con la mirada.

—Obviamente que esta casa en mía.

—¿Vives solo?...

—Estoy en proceso.

—¿Cómo?.

—Temo de que mi tía se llegue a enterar de lo que hago, por lo que empecé a ahorrar, me faltan unos pagos para que la casa ya sea totalmente mía, empecé a traer casi todos los muebles de mi antigua casa, la de mis padres, y aquí estoy.

—Que independiente me saliste muchacho... ¿Quieres algo de ayuda?.

—¿Cómo que tipo de ayuda?, si piensas llevarme a un psicólogo, estás muy mal. No estoy loco.

Si claro.

—Hablo de dinero, para que termines de pagar esta casa.

—No. Muchas gracias.

La tarde se pasó con pura platica y algunas películas las cuales no me agradaron mucho, como a Jaeden no le gustan las películas de romance y tampoco las de comedia, vimos de suspenso y terror.

11:56 pm

—Me tengo que ir Jaeden. Ya es tarde.

—¿No te quieres quedar a dormir?

—No sé.

—Claro, yo en un cuarto y tu en otro.

—¿No es mucha molestia?

—Claro que no.

—Esta bien, solo llamo a Angela para avisarle.

(...)

Estaba a punto de dormir, pero me faltaba sacar el estuche de mis lentes de contacto, saqué del abrigo el estuche y de él calló una hoja. La desdoble y era una...



















PSICÓPATA  || JAEDEN MARTELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora