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Por más que trataba no podía
quitarme esa maldita sensación. ¡Es horrible!, es horrible sentirte con ganas de destruirte más sin darte cuenta, de hacerlo pero se siente bien. Es absurdo pero es la verdad .

—Jaeden.

Pasaron unos minutos.

—¿Qué pasa?

—No puedo.

—¿En qué?

Me duele mucho.

—¡DIME QUE PASA!

— No puedo, me duele mucho. Nunca debí haber tomado esas malditas pastillas.

—Voy a tu casa.

Corrí al baño y vomité, por mi mala suerte no estaba ni Hannah ni Angela.
Me rascaba mucho mi brazo, me levanté y me lavé la boca.

—¡________!

—¡Estoy a-aquí!

Subió y me vio tirada en la cama.

—¡Te dije _____, te dije!

—¡Me duele mucho Jaeden!, llévame al hospital

Me cargó, salimos de la casa, me subió a su carro. Ya no supe más.

(...)

~ JAEDEN ~

—¡Por favor, necesito una camilla ahora!

Llegaron varias enfermeras, la colocaron en la camilla, le pusieron el oxígeno.

No me dejaron pasar, me quedé ahí, solo, con lágrimas y un gran dolor en mi corazón.
















PSICÓPATA  || JAEDEN MARTELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora