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Habían pasado tres días de que Hannah había salido del hospital, esta sumamente delicada y muy decaída. No quiere estar con nadie, más que con Harry.
A duras penas quiere comer y tomarse sus medicamentos. No es nada fácil tener 14, casi 15 años y no poder vivir su adolescencia como ella quiere, salir con sus amigos y conocer a alguien que le guste.

Cuando mi mamá nos dejó yo tenia 15, apunto de cumplir 16 años y no fue nada fácil para nosotras, por suerte Angela se quedó con nosotras pero en temas de dinero me fue difícil, fácil tuve 2 trabajos diferentes en un solo año y apenas podía cubrir los gastos de la casa. De vez en cuando mi padrastro nos mandaba algo de dinero.

Deje a mis amistades de mi anterior escuela de lado, ya no podía estar con ellos y lo mejor fue empezar mi vida desde cero. Una nueva escuela, nuevos amigos y un ambiente escolar diferente.

Hannah está enferma desde los 10 años, el ir a la escuela ya no le era de mucha ayuda, cada día se cansaba más y sus ataques eran más frecuentes. Tener problemas en el corazón no es para nada agradable, y más en una niña que... Era tan alegre, tan risueña y con una sonrisa enorme cada día.
Para mi madre no fue fácil todo esto, estar a lado de Hannah 3 años, ver a su hija cada vez más frágil, con ir al hospital una vez a la semana le partía el corazón. En una noche se fue de la casa dejando una nota donde se disculpaba por dejarnos solas.

Pero solo pensó en ella y en su bienestar, le valió que pasaría después con nosotras y después de 2 años y medio, no hemos sabido nada de ella.

Todo lo que tenemos ahora nos lo dio mi padre biológico y mi padrastro. No he visto a mi padre desde hace años, solo nos manda dinero pero se que él ya tiene una nueva familia a lado de su pareja.

Trato de no verme tan decaída y triste por todo lo que ha pasado, solo quiero ver a Hannah feliz, darle lo mejor. Y aunque muchos no sepan del estado de Hannah, no me avergüenza en lo absoluto porque estoy tan orgullosa de ella y de cómo cada día supera esta terrible enfermedad.

A veces suelo ser sobreprotectora con ella, lo hago por algo. Porque es lo único que me queda de mi familia, la quiero ver feliz pero me aterra el hecho de que en algún momento se tenga que ir. No quiero que nadie le haga daño, ella es mi vida entera.

—Hannah, ¿todo bien? — toqué su puerta unas cuantas veces.— ¿Hannah?... Por favor responde.

No tenía respuesta alguna. Estaba empezando a preocuparme.

—Hannah no estoy para juegos por favor di algo.

No tenia otra opción más que entrar de golpe, dejé el frasco de medicinas en un mueble y me acerqué a ella. Puse mi mano en su cuello y aun tenía pulso. Mi respiración se calmó y vi que Hannah había despertado.

—Hola hermanita, ¿cómo estás? — pasé mi mano por su cabello.

—Todo bien— se sentó en la cama.

Fui por sus medicamentos y se los di junto con un vaso de agua.

—Anda, tomalos te hacen bien—le guiñe el ojo y así lo hizo.

Abrí las cortinas de su cuarto para que entrará más luz.

—Sé que aún no puedes salir de casa pero si quieres podemos hacer algo aquí en la casa... No sé, tal vez llamar a Isabela y decir que venga.

—¿Isabela está aquí, ya llegó? — su ojos se iluminaron al instante.

—Si, su mamá me marcó ayer por la noche diciendo que estaban de visita y que te extrañan mucho.

—¡Claro que quiero que venga, me encantaría verla de nuevo! — estaba demasiado feliz y emocionada.

Isabela es de las pocas amigas que siguen a su lado, se mudó hace un año a otra ciudad por el trabajo de su madre. Ellas dos son inseparables, son almas gemelas y se ven muy lindas cuando están juntas. Isabela jamás dejó a Hannah en su enfermedad, cada que podían hacían llamadas por teléfono y se contaban una a la otra sobre como iba su vida, Isabela es una niña increíble.

—Pues alistate para que llegue a medio día, si quieres puede quedarse a dormir— me recargue en el marcó de la puerta.

Salí de su cuarto y cerré la puerta, después de eso escuché un gran grito de emoción por parte de Hannah. Sonreí con tan solo pensar en Hannah y su felicidad.

Mi celular sonó, me había llegado un mensaje de Jaeden, mi sonrisa aumentó con ver la notificación.

—¿Qué tal va tu día?

—Excelente, Hannah ya está mucho mejor y muy feliz :)

—Me alegra bastante escuchar eso. ¿Tienes pensado hacer algo hoy?

—Lo siento pero hoy vendrá una amiga de Hannah y tengo que estar al pendiente de ellas :(

—No te preocupes, si quieres puedo acompañarte.

—Me encanta la idea, tengo muchas ganas de verte.

—Yo igual, llego a la 1:30 ¿esta bien?

—Si claro, nos vemos. ❤️








































PSICÓPATA  || JAEDEN MARTELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora