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Horas, horas y horas esperaba a que alguien, quien sea me dijera como estaba _______.
Nadie a venido ha saber de su estado, llamé a Angela y Hannah por el celular de ______, pero nadie me contestaba.

Solo me quedaba ir a preguntar por ella a recepción.

—Hola, buenas noches.

—Buenas noches, ¿qué se le ofrece joven?

—Quería saber el estado de la paciente _________ Coleman.

Checo una lista, luego otra y otra.

—Así es, la paciente sigue con los doctores. No sé cuánto tiempo vengan a dar noticias.

—Muchas gracias.

(...)

Me desperté, por una chica que tocaba mi hombro, si que necesitaba aquella siesta.

—¿Familiar de ______ Coleman?

—Claro que sí, soy yo—me paré rápido.

—¿Sabe lo que está tomando últimamente?

—Sí, es esto —saqué el frasco con pastillas aún—tome.

Lo checó y me miró.

—Gracias, mire la chica esta un poco grave a comparación de como estaba antes. Necesita reposo y la mantendremos en observación toda la noche.

—Gracias.

Lo importante es que ya esta un poco más estable.

—Antes de que se vaya, ¿puedo pasar a verla? —pregunté.

—Claro...¡Habitación 181!—salió corriendo para atender una emergencia.

Caminaba por los pasillos, no encontraba la habitación, tarde unos cuantos minutos y la encontré.

Toc toc.

Abrí la puerta y ahí estaba, pálida, sus manos frías y sus labios resecos.
Me senté en una silla que estaba a lado de la cama y la vi.

—____(diminutivo de su nombre).

Abrió los ojos, me miró pero no había ningún gesto en su cara.

—Ya estas mejor— no recibía respuesta alguna— todo está bien.

—Te vez muy cansado— pasó su mano por mi mejilla.

Y la verdad es que sí, horas que no había dormido con tan solo saber como estaba.

—Quería saber como esta... —me interrumpió con un beso, un cálido, hermoso y suave beso.

—¿Interrumpimos algo?—nos separamos de golpe.

No respondimos nada, volteé a ver a _______ y sus mejillas estaban rojas.

—Bueno, lamentamos demasiado la tardanza, pero es que estuvimos con Diego— dijo la nana de ______.

Recibí un mensaje.

—Disculpen, tengo que atender esto.

Desconocido

—Jaeden.

—Sí, ¿quién es?.

—Un tal vez conocido, pero muy cercano a  ________.

—¿Quién es?

—Me es muy valioso mi identidad.

—No moleste por favor.

—Hey, tranquilo, es mejor que no dejes esta conversación. Ya la empezaste y ahora la terminas muchacho.

—No me importa. Adiós

Estaba a punto de apagar el celular.

—Entonces tampoco te importa _____.

—No metas a ella en esto.

—¿Yo?, pero si ella se metió sola. ¿O no sabes la historia?

—¿Qué historia?

—Una muy interesante, con un final bueno y malo, depende de ella y un poco de ti.

—Ve al grano.

Mandó una dirección.

¿Qué quieres que haga con eso?

—Ve solo. O sino, adiós ______.


























PSICÓPATA  || JAEDEN MARTELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora