Capítulo 25

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-Fue una buena fiesta, Joder como amé pasar con mi familia y con la chica más linda de todas, necesita esto. ¡Claro que lo necesitaba!.-Chillaba de la emoción Zabdiel.

Son las tres de la mañana y la fiesta recién había terminado. Pero nosotros nos venimos, yo manejo. Y no, ninguno de los dos tomo alcohol al exceso.

-Calma Zabdiel, harás que choque con tu emoción.

Este río y jamás había visto a Zabdiel tan feliz, tan sonriente. Su felicidad es grata de contagiarse.

- Es una lástima que no vaya a mirar durante un largo tiempo. Ay Ronnie, Ay Diosito ayúdame.

- Ay Zabdiel estas medio loco, te guillas.

Zabdiel abrió sus ojos al escuchar esa palabra proveniente de su isla.

Arqueo una ceja y el sonríe.

-Estas aprendiendo.

- Bueno ni tanto. Aún no se con certeza que es Tostao.

-Significa loco. Tipo así; " Zabdiel está tostao"

-¿Zabdiel está loco?

-Exactamente, eso es.

-Oh, ahora si entiendo.

- Te llevaré algún día a mi isla.

Dijo mientras me miraba.

-Espero y que sea verdad.

- Obvio que si.

Llegamos a duras penas a su casa. Aún el cielo es oscuro. Quite mis tacones y camine descalza. Pero Zabdiel sin previo avisó me tomo por los hombres y piernas y me cargo en sus brazos.

- Si me dejas caer, eres hombre muerto.

El río mientras camina conmigo en sus brazos hasta la puerta, este la abrió con algo de dificultades pero logramos entrar.

Este me dejó en uno de sus sofás.

-Esperame aquí. Te he traído un regaló. Y espero que no digas "No me regales Zabdiel absolutamente nada"

Imitó mi voz y se fue hacia la habitación.

Comencé a quitar cada prenda que traía, aretes, collar, pulseras. Menos la cadena de libélula que me dio Zabdiel.

Escuche sus pasos y me Di la vuelta y el traía una caja algo mediana en sus manos, es color roja con un listón.

Lo mire raro.-¿No es una bomba, verdad?

- Si, puedes abrir la caja cuando me vaya.

Este rodó los ojos y se sentó en el suelo, en la alfombra, yo hice lo mismo.

Me extendió la caja y la tomé, mire a Zabdiel y este me miró Con ternura.

Abrí la caja poco a poco. Había una fina retratera, color ámbar. Con una foto de nosotros dos, de hecho una que nos tomamos en la playa hace algunos meses. Yo salía dándole un beso a Zabdiel en la mejilla y el tenía sus ojos cerrados, con el agua azulada de fondo en un perfecto atardecer.

Sonreí y la tomé en mis manos, mire a Zabdiel y este me sonrió.

- Es el regalo más perfecto que me podían haber dado.

-Hay más.-hablo dulcemente.

Deje la retratera de un lado y había una fina tela, una fina de encaje. Sabía que era.

Un babydoll con encaje y holanes color blanco. Mire pícara a Zabdiel y este ardía de lo rojo que estaba su cara.

- Lo mire y me pareció lindo. O sea, tu... tu sabes.-hablo nervioso.-Tu cuerpo quería perfecto en el. No pido que me lo modeles, o sea si Ronnie, pero tampoco no.

|Fast & Furious| •Zabdiel de Jesús•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora