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Si tú me provocas

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Si tú me provocas...
Yo te respondo.

-Alice.

~•~

Hunter no había bajado a desayunar y eso a Madeline le dio miedo.

Intentaba llevarse bocados de comida a la boca pero no podía. La torturaba pensar que la noche anterior se había sentido sublime en sus brazos, al punto de probar los placeres que muchas veces se había cuestionado qué sabor tenían, y ahora, el Duque ni siquiera había bajado para desayunar con ella.

Respiró profundo, llenando sus púlmanes de aire, mientras su mente se consolaba diciendo que solo habían sido un par de simples besos.

"U-n-o-s s-i-m-p-l-e-s b-e-s-o-s"

Saboreó cada letra con su lengua, como hacía cuando tocaba el piano y cantaba, y le pareció una expresión absurda para lo que Hunter le hacía sentir. Claro que lo suyo no eran simples besos, porque ella, que había probado los labios de un segundo hombre, no sintió en la caricia todo aquello que el duque le producía en el cuerpo. Esas ganas de más, de fundirse, de atraparse y de nunca soltarse.

Por Dios, estaba abrumada, consumida y totalmente confundida. ¿Por qué se sentía así con él?, ¿A caso Hunter sentía lo mismo con ella?

Saboreó la pregunta y negó lentamente.

Él estaba enamorado de alguien más. Se lo había confesado en el teatro. Y no tenía ni un solo derecho de sentirse infeliz por la noticia, porque ella estaba comprometida, aun cuando su corazón llevaba el nombre de otro hombre.

Se paralizó. Aquel simple pensamiento causó que hasta la sangre en sus venas dejara de correr.

¿Sería eso? ¿Estaba comenzando a sentir cosas más fuertes por Hunter? ¿A caso así se sentía comenzar a amar?

Sonrió lentamente, riendo bajito y saboreando el cosquilleo que la invadió. Sí, ella lo quería, y de una forma tan fuerte que no podía ponerle nombre.

¿A caso podría decírselo?¿Existía la posibilidad de que pudiera corresponderle aun cuando sintiera algo por otra joven?

Asintió, aun con el plato lleno. Hunter era su amigo, podría entender y  seguro tendría un buen consejo para darle, o un beso fuerte que calmara sus dudas.

Sonrió aún más grande, mientras juntaba fuerzas para ir en su búsqueda. No podía esperar.

—Lady Lamb—escuchó la voz del mayordomo mientras se ponía de pie—. Lord Matthew la busca.

Fue extraño que, por primera vez, aquel nombre no causara el efecto que usualmente hacía. En realidad, para ser honesta, no tenía nada de ganas de verlo en aquel momento. Solo quería ir a buscar a Hunter.

La Debilidad De Un Caballero 1 EN FISICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora