Y cuando por fin se decidió
A ella se le atravesó otro destino.-Autor no encuentrado.
~•~
Muy aborrecido Lord Matthew:
Le escribo el presente comunicado para informarle que tiene remotamente prohibido acercarse a MI Lady Lamb. Esto no es un juego de niños, señor. No pienso tomar lecciones sobre cómo compartir y de por hecho que no cederé ante nada.
Lo mío es mío y se quedará en mi propiedad, bajo mi tutela y en mi cama. Espero que tenga una espantosa tarde.
Cordiales saludos: Hunter Paradig, duque de Standich.
Hunter miro la nota en su mano con completa satisfacción. Bien sabía que no la podía hacer llegar a su destinatario, pero las ganas de irse a plantar en la casa del hombre no le dejaban de brotar del cuerpo como una ola inmensa. El Duque sabía que debía de controlarse, pero no podía. ¡Ni siquiera podía estar un segundo sentado sin pensar en lo que ese bastardo le pudiera hacer a su ángel!
Y lo que más le carcomía el alma, era saber que ella, de cierta forma, también quería al Conde. Maldito fuera el día en que Benjamín se le metió por ese abismo que Madeline tenía en los ojos. Ahora la estaba perdiendo y le daba miedo que su mano no fuera tan fuerte como para sostenerla e impedirle la huida.
- Veo que comenzó a desayunar sin mí- la voz dulce de su amiga le llegó a los oídos como un soplo de aire mañanero.
Rápidamente tomó la nota y la ocultó bajo el resto de hojas blancas que yacían sobre la gran mesa del comedor.
- Jamás lo haría- sería un delito no estar acompañado de la dama durante cada comida-. Estaba escribiendo una carta para comunicarle a Lord Matthew tu invitación al teatro.
Madeline tomó asiento junto a su amigo y sonrió al escuchar lo último que dijo. Le emocionaba saber que Hunter se llevaba bien con su prometido.
Y es que, a decir verdad, su vida no podía ser más perfecta. Tenía un padre que la adoraba y había apartado una cuantiosa suma de dinero para su dote y ahora, gracias a ello, se iba a casar en su primera temporada con un conde, del que estaba segura, algún día se enamoraría. Lord Matthew le gustaba. Cada fibra de su ser se erizaba cuando él le hablaba, e incluso, alguna que otra vez, se había colado entre sus sueños. Se sonrojó. No era propio de una dama pensar en eso.
- Será una gran noche- se limitó a decir Madeline mientras cortaba un trozo pequeño de su desayuno y se lo llevaba a la boca.
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La Debilidad De Un Caballero 1 EN FISICO
Ficção HistóricaÉl probó de su inocencia, besó sus labios con devoción y calentó su piel suave en cada zona que sus dedos fuertes tocaron. Él la hizo sentir como si un incendió floreciera en su interior. Un gusto que se le antojó como para disfrutarlo bajo el manto...