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El amor es mucho másQué besarse la piel

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El amor es mucho más
Qué besarse la piel.

-Marcela Mella R.

~•~

Las mejillas de Lady Madeline se habían encendido en cuanto puso un pie en aquel gran salón de baile donde el significado de modales había sido arrojado a la basura.

Sus ojos estaban abiertas de par en par observando lo más bajo que podía caer la carne humana en busca de sacear sus ansías. Las mujeres yacían en los regazos de aquellos caballeros que no se preocupaban por cubrir sus rostros, y se dejaban hacer, tocar y de más...

Madeline podía divisar a duques, condes, marqués, caballeros con los que había bailado en aquellas fiestas de etiqueta que solía frecuentar desde que fue presentada en sociedad. Y ahora estaban ahí, mostrando una cara que jamás les había visto.

Y eso le dió miedo.

Su amiga la había metido en un vestido rojo brillante, casi del tono de la sangre, tan ajustado y revelador que si su madre la mirara con aquella prenda puesta, se la arrancaría sin rechistar. La máscara que lucía cubría a la perfección su rostro. Nadie sabría quien era ella, pero Madeline sí. Sabía que era Lady Lamb, una dama con el corazón roto y a quien su prometido mataría si se enteraba que había acudido a aquel lugar una noche antes de su boda.

Aunque tampoco le importaba tanto lo que pensara Lord Matthew. Más bien la tenía sin cuidado lo que lo involucrara a él. No venía incluído en sus prioridades. Había sido desechado de su mente cuando los labios de Hunter entraron a su corazón.

Sintió una punzada en el pecho al pensar en su nombre y recordó porque estaba ahí. Recordó que tenía que olvidarlo, y si fingir ser otra persona por una noche la ayudaría, entonces tendría que ajustarse más el corsé y levantar la barbilla para enfrentar al mundo y demostrar que era lo suficientemente fuerte para olvidar el nombre de aquel hombre que ahora ya no era nada suyo.

Se llevó una mano al pecho con temor de que su corazón saliera corriendo en su búsqueda. Y se alisó el cabello para que el antifaz no se le cayera.

-Vamos, Madeline-la animó la morena de vestido blanco mientras la jalaba de la mano hacía el fondo del lugar-. Necesito algo fuerte.

La rubia pensó en todas las réplicas que le podía poner, pero al final tapó su boca y siguió el llamado de su amiga.

-¿Algo fuerte?

-Claro. Esta noche pienso romper media docena de reglas-sonrió Vanessa mientras llegaban al fondo del salón donde unos enmascarados servían cualquier cosa que pudiera poner sumisa a toda dama para prepararlas para los caballeros-. Dos.

La Debilidad De Un Caballero 1 EN FISICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora