Perdona
Si me agarré a tu corazón
Y me manché
Las manos de esperanza.-David Santd
~•~
A la mañana siguiente, cuando Hunter despertó y los sirvientes subieron a llevarle agua fría para la ducha, recobró toda cordura y toda conciencia que había perdido en esa agónica semana. Vinieron a su mente, de golpe, miles de imágenes que ponían de protagonista el rostro de Madeline cuando le rompió el corazón.
Se contuvo de beber un trago más y se limitó a vestirse elegantemente para ir a su habitación. Necesitaba tenerla entre sus brazos, pedirle perdón de todas las formas posibles, llenarla de besos que sanaran la herida que había provocado, pero cuando fue a ella, no la encontró.
Sus pies rendidos bajaron la escalera en busca de su paradero en algunas de la salitas, pero ni en ellas ni en el jardín hubo rastro alguno.
-Lady Lamb se encuentra preparando todo lo que llevará a la fiesta de campo de los barones de Belmont-había sido la respuesta del mayordomo cuando tuvo que buscar ayuda para conseguir su paradero.
Hunter se había quedado sorprendido, ahí, plantado en medio del salón con las esperanzas en la mano.
-¿Cuál fiesta de los Barones?
-Hace unos días llegó la invitación, milord. La señorita la aceptó gustosa y preparó a los sirvientes para partir hoy.
Eso, definitivamente terminó por golpearlo duro.
Madeline estaba tan enojada con él que ni siquiera lo tomó en cuenta para partir al campo, y le dolió, por Dios que lo hizo, porque por más que se lo mereciera, no estaba preparado para tal golpe.
Quizás ella quería alejarse de él, poner kilometros de distancia entre sus cuerpos para que la herida que le había causado dejara de doler. Pero Hunter no podía dejar que eso sucediera, no debía de permitir que ella sufriera por un amor que podían hacer realidad.
Para el medio día, cuando los carruajes partieron rumbo a la residencia de los barones, decidió tomar uno distinto al de ella, primeramente porque debía de planear lo que le iba a decir, y porque consideraba prudente darle su espacio antes de aparecer dispuesto a sanarla.
Se estaba rompiendo la cabeza, no sabía en qué circunstancias estaba Madeline. Se sentía un cobarde por ser el causante de su llanto, pero iba a remediarlo, iba a juntar cada uno de sus pedazos hasta que no quedara rastro alguno de la explosión.
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La Debilidad De Un Caballero 1 EN FISICO
Fiksi SejarahÉl probó de su inocencia, besó sus labios con devoción y calentó su piel suave en cada zona que sus dedos fuertes tocaron. Él la hizo sentir como si un incendió floreciera en su interior. Un gusto que se le antojó como para disfrutarlo bajo el manto...