¡Boom! (Realidad)

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Vincent

-¡Qué cuentas hermanito!– se tiró a la cama Sonny junto a mí.

-He...

-Oye ¿Así que ayer estuviste con Dani en la noche? ¡Haberme dicho! me pegaste el susto de la vida maldito, jaja - me dio un amistoso golpe - Un minuto más y ya...

-Debo decirte algo – le corté.

Por mi tono de voz, debió de saber que se trataba de algo serio, su postura cambió.

-¿Qué pasa?- preguntó.

Tenía las palabras atoradas en mi garganta, no podía decirlas. Tenía miedo, miedo de que mi único apoyo posible en esta familia me criticara o... en el peor caso, se volviera enteramente en mi contra, y conociéndolo como se ponía... Pero necesitaba su aprobación, necesitaba ayuda. Era muy complicado.

-¿No es nada grave, verdad? No te veo tan pálido desde que papá te trajo del cumpleaños del pequeño Bryan cuando tenías trece...- rió: su sonrisa siempre segura y encantadora, tornase nerviosa.

Tenía razón, esto por algún motivo me era tan difícil como salida de clóset.

-Necesito que seas comprensivo, por favor, sólo escucha... bueno, he... - tomé aire, me llené de fuerzas – mira, traje a un chico a la casa y es...

-¿QUÉ? – se incorporó de un salto.

-¡Espera! – me senté yo - ¡déjame explicártelo...!

-¡¿Rompiste la primera regla?!

-Sí, pero...

-No, Vincent no, ¡digo...! No, por favor dime que es broma... - ante mi silencio se alejó un poco y me miró con esa cara que ponen las personas cuando quieren decir un montón de cosas, pero se les quedan trabadas en la lengua - ¡¿Sabes acaso cómo se pondrá papá?!

-¡Deja de tenerle miedo! No es tan malo...

-Contigo fue más suave porque eres el menor, ¡jamás te imaginarías como me retaba a mí cuando volvía tarde a casa de las fiestas!

-¡¿Tarde?! Oye, volvías dos o tres días después, y con ayuda de policías - acentué apuntándole con mis garras - ¿Te acuerdas? ¡Te lo merecías! ¿Y qué acaso no recuerdas cuando me castigó a mí con lo del teléfono? ¡Me dejó un Nokia por dos meses cuando se fue a gira! ¡yo no me sabía los números de nadie! ¿Acaso se te ocurre como sufrí con los trabajos escolares? digo, ¡HOLA! ¡Mi comunicación idiota!

-Esa vez montaste todo un escándalo por que querías comprarte todos los colores del IPhone para superar a tus amigas, te compraron 3 de los 5 y te enojaste con papá, por favor, no me digas que estaba mal, malcriado...

-¿¡Disculpa!?¿¡Malcriado yo!? ¡JA! – me reí fuerte - ¿Y quién era el que hace poco andaba lloriqueando porque le compraron el Bugatti rojo en vez del negro?

-¡HE, HE! ¡Con el Buggati no se juega! Además... ambos sabemos que el negro mate no tiene comparación ni cabida en esta inútil discusión...

En ese momento se abrió la puerta, Argel estaba en el umbral. Nos miró, lo miramos, se produjo un incómodo silencio atemporal mientras este retrocedió en sus pasos, supongo que creyendo estar interrumpiendo algo. Mi hermano le frustró los planes, de dos zancadas llegó a su lado.

-¡A ver tú! –abrió Sonny la puerta de un tirón, rugió: – habla ¿quién eres?

-Él es Argel – me le adelanté, rezando a que este no le viniera su chulería natural a arruinarlo todo.

Vincent y Argel | (VERS. ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora