Unicornio errante

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Argel

De nuevo, huí de casa.

Me cuesta tanto recordar todo...

De verdad, me veía a mi mismo de tan lejos, tan de fuera... que hasta podría dudar de ser yo mismo esa cosa patética que recuerdo.

Ahora estoy de nuevo en la calle.

Ahora eso no me deprime: una cura momentánea, el malestar físico, el calor y el hambre me liberan de mi propia mente. Estaba cuerdo de nuevo.

Esta no era la primera vez que me pasaba algo así. Me pasó una vez, cuando todas mis satisfacciones desaparecieron, no sabía quien era, me fui alejando de todo, hasta de mi cuerpo, cuando ya no tenía motivación para nada, igual que ahora, entonces, esa vez pensé, ¿por qué continuar existiendo si ya nada me recuerda a mí? A pesar de los impulsos de positivismo que me daban, que me hicieron querer salir y... y quizá, ver, alguien o algo fuera, conocer personas, distraerme... pero pronto ese deseo se esfuma, sabiendo que no funcionará. Las cosas de las que todos hablaban, o las que me emocionaban antes me eran... indiferentes, totalmente fuera de cuadro o contexto, no me sentía... Marcando la brecha que existía entre yo y todo. La baja autoestima y la falta de propósito se vuelven insoportables. Y pueden pasar dos cosas: cometer suicidio o...

Oh vaya.

Había frente a mí un piano en la calle.

Me senté frente a él.

Suspiré.

-¿Cómo en los viejos tiempos? - le hablé.

No respondió, claro, es un piano jaja.

Pero.

Puse mis manos encima.

¿Qué debía hacer...?

...

No.

Una tecla tras otra... pero...

¿Por qué no suena... bonito?

¿Mis oídos estarán mal? ¿Mis manos estarán temblando mucho?

...

Mierda... mierda...

No sé tocar el piano... no, de verdad que este no era yo... Este no.... soy... 

Lo sabía, y no supe.

Lloré.

No me encuentro a mí mismo.

Sobrio frente al sol, un sol extenuantemente brillante y difuso, un sol naranja, muy redondo, cubierto de nubes... se burlaba de mí.

Negro... no, son mis párpados, es de día. Creo que vuelvo a ser yo me quedé dormido.

No sé cuanto tiempo llevo sin comer... o cuantos ataques de pánico me han suscitado en este corto periodo sin los antidepresivos. Soñé con un piano... y un sol burlón (¿o era realidad?).

Caminé por lo que parecían ser tiendas de electrónicos.

De repente, algo llamó mi atención. Una voz aristocrática y pomposa que me era conocida.

Me devolví.

En un TV estaban dando My Little Pony.

Ja. Fácil, temporada uno, episodio 19, "A Dog and Pony Show" Vi como los perros obligaban a Rarity a cavar, y esta pony diva amante de la moda lo hacía de la manera mas divina e ineficiente posible para no estropear su ponycurie... 

Vincent era el único ser, en esta faz de la tierra, al que no le molestaba esta parte de mí. 

Vincent y Argel | (VERS. ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora