Despertando con él

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Vincent

Estaba en la mesa, sin Sonny (quien había desaparecido con quién sabe que gata a pasar la noche), o el abuelo. Ahora estaba yo sólo con Argel; ya bañado y con la ropa vieja de mi hermano puesta. Pasada la fiebre y las alucinaciones no hablaba ni sonreía como bobo, volvía a ser el opaco y silencioso ser de siempre.

Quería conversarle, decirle algo como mínima cortesía, jamás me fue difícil romper el hielo con nadie ya que me considero una perra bastante sociable, pero... con Argel era distinto. Digo, ¿qué podías conversarle a un chico que acabaste de rescatar de la calle? Además, ya hacía media hora que tenía la vista fija en la tostadora, no pestañaba ni hablaba. Fijo, como si por esta hubiera un hoyo negro, otra dimensión, Odín, o Cristo sabe qué cosa... Me estaba dando puto mal rollo.

Suspira*

Lo que tiene de guapo lo tiene de raro.

Le pasaron su (segundo) desayuno. Se lo deglutió como bestia en segundos, (qué modales...) luego, noté que no dejaba de mirarme, con esa mirada extraña, la de la escuela: clavada, como si viera algo abstracto, fuera de lugar o imposible de interpretar. Me incomodaba.

Me cansé.

-¿Qué? ¿tengo algo en mi cara? – le ladré.

Sin inmutarse, hizo gesto de poca cosa.

-¿Entonces? – pregunté.

-Eres difícil de digerir... Cómo un show andante.

Lo mire dudoso, sin saber si debía enfadarme o sentirme alagado.

-Okey... no sé si eso sea un insulto – sinceré.

-Depende de cómo lo quieras ver.

Lo miré extrañado.

-¿Y por qué? – pregunté aún dudoso.

-No me acostumbro al hecho de ver a un hombre que use maquillaje y uñas acrílicas...

-Ah, no son acrílicas, son mías – posé con ellas con glamour, ya complacido – no soy una perra plástica, ¿y qué, te gustan?

-Para gatúbela quizá... – dijo mirándolas extrañado, si hasta parecía que era la primera vez que veía a un chico divino (se nota que no era de por aquí), luego soltó una risa de la nada, alzó la vista – ahora me dirás que lo rojo de tus labios no es lápiz labial, que es natural.

-Primero, no es rojo, es rosado coral, segundo, no es lápiz, es gloss, dah.

-Y qué, ¿tus papás te lo permiten o...?

-Obvio, bueno, relativamente mi padre, porque mamá...

En ese momento, vi al abuelo aparecer en el comedor.

...

MIERDA.

JURABA QUE LOS FINES DE SEMANA NO SE LEVANTABA TEMPRANO.

-¿Y este quién es?

Argel lo miró como Flash de Zootopia, tras momentos de procesar información dijo:

-Argel – se quedaron viendo el uno al otro, como dos gatos arrinconados, analizándose, hasta que se puso de pie y le tendió la mano – buen día – el abuelo lo miró, rastreándole hasta el alma, tras segundos eternos, le devolvió el saludo.

-Buen día...

...

QUÉ.

ESTÁ.

PASANDO.

¿ARGEL SIENDO AMABLE?

¿EL ABUELO DEVOLVIENDO UN SALUDO?

Vincent y Argel | (VERS. ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora