¿¡QUÉ TIPO DE PRADA ES ESTO!?

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Vincent

-Dios...

Nadie tenía palabras.

Aquí, en USA, california, los ángeles, en Bel Air, en la Marx School había... había un sujeto con unos tenis sucios del año 0, una gran sudadera color amarillo limón y unos jeans negros (NEGROS, ¡NEGRO COMBINADO CON AMARILLO LIMÓN MALDITA ABEJA!) gigantes sin forma, sentido o algo parecido al estilo. El conjunto antiestético ni siquiera alcanzaba para estar en las diffusion lines, o en las poco exigentes modas de masas, ¡ni hablar de un Prêt-à-porter! ¿qué... era... esto? ¿QUÉ ES ESTO JESÚS CRISTO?

¡MIS OJOS ARDEN! ¡AHHHHHHH!

¡EL APOCALIPSIS DEBE ESTAR COMENZANDO!

¡TODO ESTO ES CULPA DEL UNIVERSO LOW COST!

Mierda... Se le veían los años en las motitas que traía la sudadera... ¡TRAÍA MOTITAS MALDITA SEA!

Parecía un ladrón, eso mostraba: a un delincuente, un vago, a un piojo de alguna calle del Bronx o que se... yo... ay, QUE SE ME VA EL AIRE, uf... debo relajarme, siento que me desmayo.

Los muchachos que llegaban también lo miraban raro.

-Que horrible... - dijo una compañera.

-Lleva... ¿ropa usada?– dijo Zoe.

-¿De multitienda...?

Uff... respira, respira...

Uf, Uf...

Uf...

Uf.

Ya.

-Tranquilas, no hay... no hay nada que temer... - dije.

-¡Pero...! ¡Tú deberías ser el más aterrado, eres un Romanelli! – me dijo Sarah, otra amiga.

Respiré hondo.

-Y tengo que llevar el porte del apellido – argumenté, aún recuperándome paulatinamente del preinfarto – ya, quizá se vista... mal – dije encontrando endemoniadamente corta la palabra – y sea un total crimen a la moda, pero quizá sea uno de esos que le dan beca, uno de... de... ¡AYY! ¿cómo se llamaban estos...?

-¿La clase trabajadora?– me apoyó Zoe.

-Sí, de esos, ustedes saben que formamos menos del 5% del país, así que no todos pueden llevar la linda ropa de diseñador que llevamos nosotras, si saben a lo que me refiero...

Dani se me quedó mirando impresionada.

-Wow, parece que una perra ha estado viendo noticias últimamente...- me dijo la negra casi orgullosa. La ignoré.

Le digo negra de cariño, por favor, no me entierren mil metros bajo tierra ni quemen mi cabeza como bruja del siglo pasado. Ella es una belleza afroamericana y bla bla, todos lo saben. Victoria's secret y sus ángeles seguramente pronto lo sabrán.

Los siguientes diez minutos fueron de insinuación, hablábamos del nuevo, el cual al llegar se había sentado inmediatamente en un puesto, escuchando música. No se había movido un pelo y tampoco lo hizo cuando llegó la profesora, y tampoco cuando todos se pararon para jurar por la bandera y saludar. Wow, ¡si hasta de un maldito huracán no se habría movido el desgraciado!

Sin embargo, ya le llegó la hora de actuar, la profesora lo notó.

-Argel Tyler Baker – leyó de unas hojas que traía, enseguida me saltó la sosa emoción a que se apellidara igual a que mi ídola, Marilyn Monroe - usted debe ser el afortunado becado de este año - le sonrió alegre, pero el chico, lejos de alegrarse la miraba serio, de expresión bastante harta - ¿quiere presentarse, por favor?

Vincent y Argel | (VERS. ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora