"P" de Perra

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Vincent

Una fiesta de un amigo mío que era diseñador, nada de otro mundo, un conocido de la familia de los Luxton, siempre invitaba a grandes exponentes de la moda (como yo) a sus mega fiestas para ganar fama: de aquello era a lo que iba la carta. 

Tomaría lugar en su sofisticado pent-house en Long Beach e increíblemente, convencí a Ar de ir, no sé cómo, milagro, récenle a la virgen (-inserte emoticón de manitos rezando-).

Llegó la noche de la fiesta.

Listos, nos subimos al carro.

Yo estaba animadísimo ya que sería la primera fiesta exclusiva con Argel y además me veía de gloria: reviviendo los 70's con simpleza y elegancia, traía un enterito negro de Hèrmes que me hacía verme eterna como Kendall Jenner, dándole todo lo moderno y Street con este par de increíbles zapatos modelo loafer de destellante cuero negro, y eso no era todo, mi maquillaje... DIOS ¡AL PUNTO! Con mi smokey eye y mis labios cereza... jamás creí tanto en la magia de una brocha nueva al difuminar tan bien el "dark bark" sin quedar mapache: mis ojos exaltaban tanto que parecían dos focos de camión <3

Pero de repente, en ello que estaba leyendo mi revista de farándula en el auto me doy cuenta de algo.

-¡WOAA! ¡MIRA, MIRA! ¡SALGO YO! - dije.

-¿En serio?

-¡¿Pero...?! – seguí leyendo atónito – ¿anorexia? ¡Creen que tengo anorexia! ¡Pfff! Idiotas, y eso que ni siquiera he llegado a mi peso ideal...

Ar me miró raro.

-Estás loco – me dijo.

Levanté los hombros.

-Quiero bajar un par de kilos.

-Haz deporte.

-No me gusta, mejor dicho, lo odio, la sensación de estar pegote y sucio con sudor... AGHT, no es para mí.

-Ajá, lo noté en la clase de deporte cuando te escapaste.

-El viejo se burló cuando le dije que no podía correr porque me fracturé la uña – me acomodé el cabello - ts, nunca entenderá la depresión emocional que te da perder HORAS de trabajo en el salón por un golpe idiota culpa de su ridícula clase... viejo ridículo.

Cuando nos bajamos y entramos al edificio, Ar me miraba de reojo. De una manera... inusual.

-¿Qué? ¿se me corrió el maquillaje?

-No.

-¿Entonces? – entramos juntos al ascensor.

-Nada – cortó, pareció meditar algo, luego se volvió de nuevo - te queda bien él... – completó poniendo los labios hacia fuera y se los tocó.

Me toqué mis labios.

Para que no notara mi rubor me miré los zapatos.

No sé si fue idiota o conveniente, pero recitar una frase vino a mi inconsciente:

-Como dice Audrey Hepburn: hay un tono de rojo para cada mujer.

Nos bajamos, llegamos al piso.

Fiesta cool, muchas luces coloridas, humo y blah, nada de otro mundo que fuese difícil de imaginar, aunque Ar parecía muy impresionado... Espero que no le de por mostrar lo pueblerino aquí.

Al adentrarme me fui dando cuenta de lo inevitable: Ajá, creo que de nuevo soy el mejor vestido del lugar.

Seguí caminando en rededor para cerciorarme, hasta que vi una chaqueta que hacía juego total con unos pantalones de rayas sutiles navy blue.

Vincent y Argel | (VERS. ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora