I Have nothing

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Vincent

Estar llorando a las 3 a.m mientras que él, la razón de tus infiernos duerme... Es sin lugar a dudas, la historia más triste.

¿Cómo empiezo? ¿Cómo puedo decir esto sin romperme...?

(...)

Una noticia llegó a mí.

Una vil, pequeña y diabólica noticia que engendró en mí como mala leche, raíz o tumor maligno entre mis venas.

Connie le había ofrecido a Argel quedarse en su apartamento.

Fui al cuarto de estar. Fui hasta su piano.

-Argel...

Me miró (ya ni siquiera le llamaba Ar, éramos demasiado lejanos para eso, extraños con recuerdos). Él, allí sentado frente al instrumento, me miraba.

-¿Te vas a mudar? ¿Con ella...? – dije atónito.

-Quizá... Aún no lo sé.

Me quede allí, sin creerlo, rendido, ya queriendo llorar siendo que no eran ni las una.

-Pero... creo que es lo más lógico, mudarme, digo, ya he estado aquí molestando por mucho tiempo, siendo una carga para ti.

-Ja... en serio, ¿crees posible ser una carga para mí?

De repente, el ambiente cambió.

Argel me miraba pasmado. El tiempo se detuvo.

Me di cuenta.

Mi tono, mi voz... Lo había dicho sin notarlo: Sobraban las palabras.

Hui.

Hui y me fui a la mansión de Dani, pensando no volver nunca a la mía...

Lloré, lloré y lloré... Me había delatado, toda la confianza, toda la amistad... lo poco que nos quedaba lo había echado a perder todo con ese ridículo comentario imprudente. No sabía como tan rápido habíamos pasado de hacernos mascarillas faciales, a decirle yo entre risas y en descarada confianza que tenía buena cintura y trasero a pasar ahora a estas inútiles peleas de mierda que quedaban en la nada, esta amarga lejanía, sin siquiera saber porqué... ¿Dónde mierda estaba ese Argel que lo único que quería era tomar la siesta conmigo y robarme de mi comida...? Me ahogaba en mi pena hasta que Dani en un momento me detuvo: me gritó al verme y dejarme estar tan miserable, me recordó mi lugar, diciendo "No llores, y si alguien tiene que llorar que sea él, no tú" "Ve y enfréntalo".

Me dijo que era hora, era el último chance y de que la manera más sana de seguir o cortarlo todo era sincerarme, confesarle a Argel lo que realmente sentía; todo, todo lo que siempre he guardado.

Me ayudó a arreglarme para la ocasión, todo pasaba tan rápido delante de mis ojos que no me creía haber llegado hasta este punto, o que lo iba a hacer realmente... Estaba tan nervioso, tan hecho mierda que llegaba a temblar sólo.... escalofríos por todo el cuerpo, frío: me sentía mísero y pequeño, un pedazo de nada frente a un gran abismo.

Dani me hacía el maquillaje, ya que hoy mis nervios no estaban para el delineado...

Al final me miré en el espejo.

-¡Sigo rojo! – dije.

-Estoy intentando que quedes lo más blanco posible, estás rojo ¡debes calmarte perra! Este polvo no hace magia... - suspiró, me miró apenada.

En esa misma noche hice una cena elegante en el patio de mi casa, mirando LA, con velitas y todo, saqué mi lado mas cálido en la decoración, pensado en las cosas que me gustaban a mí, a él, a los dos. Me servía para distraerme de los nervios que me comían vivo.

Vincent y Argel | (VERS. ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora