Piano De Cola

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Vincent

-Di, o, s... - tenía una mano apretándome el ojo.

-¿Qué te pasó Vincent?

-Me duele el ojo, ay... en la mañana me eché el spray este fijador y me cayó dentro...

-¿En el ojo? ¿Y no lo cerraste?

-No estaba concentrado en eso, ¡El maldito de mi hermano me gastó mi crema de Kukui Hawaiana! ¡Digo...! ¿Siquiera sabes lo que me costó encontrarla? Estaba tan enojado que ni siquiera me di cuenta al echarme el... - paré de hablar al mirar con mi ojo bueno sus zapatos – ¿no habías venido con esas Balenciaga rojas ayer?

-He... ¡ah! – ante el terror se le paralizó la cara - no, no, digo, no me di cuenta, ¡pero...!

Por la expresión que puso, sé que tuve que haberla mirado como Miranda Presley del diablo viste a la moda.

-Cariño, por favor, a la otra dígnate a esperar unas cuantas semanas antes de repetir... - dije.

-Claro, claro, perdón... he... ¡iré a buscar gotitas y...!

Sarah se fue, no presté atención, ahora miraba el puesto del chico nuevo: su sucio bolso estaba encima de su banca, pero no había rastros de él.

Qué raro, juzgándolo por su actitud de ayer, no le era muy propio moverse mucho, o moverse, o vivir.

¿A dónde habrá ido?

Llego Dani, fui hasta donde ella.

-Chica, ¿sabes de...? – le pregunté apuntando el puesto vacío.

-¿Sabes? creo haberlo visto caminando cerca del edificio de atrás...

-¿Vamos a ver? – caminé hacia la puerta, Dani no se movió. Me volví, me servía su típica pose: todo su centro de gravedad en una sola pierna, brazos cruzados, expresión entre escéptica y graciosa.

-¿Y? ¿para qué quieres ir? ¿Ah, ah?– dijo melosa arqueándome una ceja.

-Bueno... estoy aburrido, aún falta para empezar la jornada y... ¡¿Por qué me estás sonriendo?! ¿qué eres mi papá que tengo que darte explicaciones? ¡sólo vamos!

En realidad, no estaba aburrida, solo quería ver al nuevo... no sé por qué, quizá solo sea masoquismo, ¿querré sufrir al ver su ropa? ¿Querré sentir la rara sensación que tuve cuando me miró? ¿Mi maniático perfeccionista interior querrá ver las mil y una forma de poder arreglarlo? No lo sé, en realidad que no.

-Oye, una consulta, ¿soy antipática? escuché a unos del curso B decirlo - pregunté.

-A veces - dijo pensativa.

-¿Cuándo?

-De lunes a viernes, de seis a doce, siete días a la semana y 365 días al año.

-Ja, ja, qué chistoso...

De camino, Dani me contó de un chico: no sabía si darle chance.

-¿Es guapo? - pregunté.

-Es... simpático.

La miré boquiabierto, oh dios es feo.

-Necesito foto – dije.

Ella se demoró buscando una en su celular, otro mal indicio. Se lo quité de las manos.

-¡HEY!

-Oh dios... – se lo devolví, ahora me dolían los ojos por el spray y por fealdad –¿Cómo te atreves...?

Vincent y Argel | (VERS. ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora