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Maratón 1/3 (por día)

Jale mi delantal por última vez aflojándolo de mi cintura, segunda vez que por estar distraída lograba, mejor dicho, arruinaba el arroz para mi almuerzo. No puedo decir que soy la mejor cocinera del mundo, pero pudo hacer una comida decente y no morir en el intento.

Pero Rob seguía aun en la casa con mis primos y eso me ponía de los nervios de puntas, ya había dicho anteriormente que no me hacía sentir nada, pero los recuerdos mezclados con mi subconsciente me traicionaban cada vez que pasaba por mi lado rozándome.

Porque era tan difícil.

Rascaba y rascaba, pero mientras más lo hacía más me picaba- si sigues rascándote así vas a lastimas tu piel –soplo mi cuello desde atrás tocándome el hombro apartando mi mano, lo podía verlo lo tenía a mi espalda.

-sí, bueno –respondí con incoherencias.

-te ayudo en algo.

-no gracias, ya terminé –mentí, solo quería que saliera de la cocina a tenerlo a metros de distancia.

-ese tipo es algo tuyo.

- ¿Qué tipo? - pase de un lado a otro en el reducido espacio intentado buscar algo en los estantes que se encontraban sobre mí.

-no te hagas la desentendida, ese tipo que me aparto de tipo como un energúmeno.

-solo un conocido.

-no sabía que a los desconocidos les dabas acilo en tu habitación.

-eso es problema muy mío si quiero darle posada en mi habitación.

-pensé que podrías haberme esperado más.

- ¿cuánto más iba esperar? ¿Cuatro años más? No pienses que no sé qué terminaste con ellas hace apenas un año, entonces tu si podías seguir con tu vida planeando tu fantástico matrimonio y la patética adolescente tenía que esperar las migajas de las demás o esperar que tú te dignaras que pedirme que fuera tu amante. -no respondió, sabía que yo tenía la razón no iba replicar ante eso, tire el cuchillo sobre la tabla de picar y lo deje ahí parado.

No iba soportar más esto.

Con una mezcla de emociones que rondaban por mi cuerpo, pasé de largo por la sala, pero retrocedí estos pasos viendo a una deprimida Kenny tirada en el sofá sin hacer nada.

-Aun cargo un ratón moral – murmuro cuando sintió mi presencia- Scott no quiere hablarme - suspiro con tristeza con la cabeza oculta sobre el cojín.

Sentí triste por ella, sus relaciones iban normalmente de mal a peor pero esta vez el destino no le dio ni la oportunidad de averiguarlo. -Kenny.

-cometí varias estupideces, el dio por terminado algo que aún no habíamos intentado, dijo algo así como que él podía ser lo que fuera, menos segunda opción o un objeto para provocar celos, Mack –subió la mirada de donde tenía enterrada su cabeza, - de verdad me gusta, pero tuve que mezclar una decepción amorosa del pasado con alcohol, soy un asco.

-No eres un asco, te doy consejos, uno termina de cerrar el ciclo que tienes con mi primo- su rostro reflejo algo más que decepción y tristeza- sé que hay muchas cosas que tu no me contaste sobre ustedes esto no puede ser por el simple hecho de que te dejo en su cita hay algo más-trago grueso, su miraba al nombrarlo era la peor-

-Tu primo me importa una mierda, Mackenzie, lo siento porque sé que lo amas y es todo para ti, pero él no merece ni que le dirija la palabra.

No quería avivar más la llama de odio y amor, así que no exprese nada referente a su vomito verbal solo deje que se desahogara- y dos después que todo este, si es que quieres dejar eso atrás, arreglado con él, ve y busca a Scott solemos ser muy orgullosas, pero si en serio crees que vale la pena, ve por él.

RAWRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora