RAWR

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Gire el trapo por ultima vez sobre la mesa limpiándola, esta era la última mesa por arreglar que quedaba antes de abrir, las otras dos chicas del turno de la mañana pasaban el trapeador por toda la entrada.

Pase el paño sobre el cristal frente a esta mesa. El cielo se encontraba despejado, después de varios días de un clima tempestuoso, el sol se reflejaba sobre el vidrio iluminando todo dentro, un sol suave.

Estaba tomando justo ahora el turno de la mañana para poder asistir a unas asignaciones que tenía en la universidad, ya que esta materia era únicamente online, pero por cosas de final, nos tocaba reunirnos.

Tenía una buena amistad con todas las chicas que trabajan aquí, que eran pocas en realidad, pero todo se me facilitó para así poder cambiar el turno.

Voltee el cartel donde indicaba que ya estaba abierto y quite el seguro, ya varios clientes esperaban afuera en una ordenada fila para poder entrar al local. Eran clientes que constantemente veía a diario, algunas veces iban a desayunar, otras a almorzar o cenar, pero eran fijos a venir.

Sonreí a varios que me habían saludo por mi nombre, una chica agito su mano en el aire para que me acercara a su mesa cerca del ventanal con vista al centro.

Donde a temprana hora de la mañana solo se podían ver personas corriendo de un lado a otro y automóviles atormentando con sus cortinas la vía publica.

Mientras caminaba esquivando las chicas que pasaban con las bandejas hasta allá el telefoneo sonó en señal de que un mensaje había llegado. No preste atención al zumbido de mi delantal, ya luego lo revisaría cuando tuviera uno segundos libres.

Sonreí amable esperando sus pedidos, con la agenta en mis manos, preguntaba por cada cosa señalando el menú, mirando con duda cada cosa, preguntando la especialidad de la casa.

Le ofrecí el platillo principal de desayuno y otras cosas a las cual no dudo en decir que si a todo.

Otro zumbido más retumbo en mi delantal haciendo que este se moviera, la chica amable me dijo que atendiera, pero negué con la cabeza restándole importancia.

Mire la hora en el gran reloj antiguo en lo alto de la pared de color crema, la chica terminó de ordenar.

Le di la espalda y me encaminé hasta la barra para dejar el pedido sobre esta, viendo como se la pasaban al chef de turno.

Metí mi mano izquierda dentro del delantal para chequear el teléfono rápidamente mientras esperaba que la orden estuviera lista, primero mire a mi alrededor para cerciorarme que no había ningún cliente sin atender.

Confirmando, volví mi vista al teléfono entre mis dedos, presioné le pulgar sobre el botón del móvil para que se desbloqueara, desplacé la pantalla para leer sobre la barra el mensaje.

De: PsicopatAcosador

Hora: 8:00am

" tenemos que hablar"

Corto y sencillo mensaje de tres palabras, solté el aire que no sabía que tenía retenido entre mis pulmones, afinqué el brazo sobre el mesón acariciando mi frente pensativamente.

Aun seguía rondando en mi cabeza la locura que había cometido estando en mis cinco sentidos, ese impulso que domino todo mi cuerpo. Ya era idiota echarle la culpa al alcohol porque eso no había pasado y está claro que no iba negar más que Bieber me gustaba, no sería mujer completa si dijera que no me atraía ese imbécil.

Me había acostado con Justin luego de haberme jurado tantas veces que no sería otra de su larga lista de mujeres.

Mas patética no podía ser.