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Habían pasado varias semanas desde que habíamos ido a la convención con las niñas, para ser exacta un mes y medio, desde ese día no había tenido descanso y eso contando que ya se estaba acercando la época de frio, y es la que más me encantaba para quedarme durmiendo como un oso, pero desde que eres una mujer independiente eso deja de suceder.

Theodora había decidido ignorarme cada vez que había ido a visitarlos, y eso si me dio mucho sentimiento, ella era una niña muy dulce y cariñosa en cada momento que iba, pero parecía estar enojada conmigo aun, de Greck ni que hablar.

No conocía realmente el carácter de Atheny, pero podía decir que nunca había visto de ella menos de una sonría, pero tras lo ocurrido con la pequeña Theodora, si faceta de madre salió a relucir y paso de ser una tierna mujer a una mujer bastante enojada con sus hijas.

Me sentía tan mal por las niñas, sé que debía decirlo, no era algo que debía pasarse a la ligera, pero no podía evitar que me sintiera como una soplona, y el desprecio de Greck hacia mí fue más que evidente cuando trato de justificarse diciendo que era mi culpa por descuidarlas, cosa que no le gusto para nada a Atheny, y la castigo diciendo que mientras estuvieran conmigo debían obedecerme o reportarme todo debido a que yo era una persona adulta y que ellas no se mandaban solas, mi padre se mantuvo al margen al igual que yo.

-Macky, Macky -venia saltando Kennedy de un lado a otro imitando a caperucita roja, cantando ese empalagoso apodo que solo me decía cuando se encontraba muy feliz, y en su cara se notaba porque tenía una gran sonrisa mientras agitaba un sobre encima de su cabeza. No tenía ni la más remota idea de lo que ese sobre contenía, pero parecía que era muy emocionante para ella y también que eran buenas noticias.

Agarre el suéter del perchero para ponérmelo mientras me quitaba el delantal. Me despedí de las chicas y salí al encuentro de mi mejor amiga.

-Ah que no sabes –chillo emocionada.

-sino me dices no puedo saber

-sube al auto y te voy a contar, vayamos a tomar algo de chocolate y comer un ponqué.

Sonreí mientras asentía, sobé ambas manos para darme un poco de calor, abrí la puerta del auto y me subí.

El establecimiento no estaba muy lejos de mi trabajo, era uno de los favoritos de Kennedy, había todo tipo de dulces con chocolate y aunque yo no tenía lugares favoritos comer aquí era una delicia.

La castaña movía los dedos de un lado al otro en la mesa, en un pequeño gesto de que ya no podía más decirme lo que estaba ocurriendo.

-Suéltalo.

Aplaudió inclinándose hacia adelante en la mesa dejando el sobre en esta. – Sabes que me gusta mucho el modelaje y todo ese mundo.

Lo sabía perfectamente, desde que era niña había participado en muchos concursos de belleza, y cuando cumplió la mayoría de edad era imagen de una prestigiosa marca en Alemania, la agencia que la representaba era muy conocida, y había impulsado un montón de modelos, pero algo malo ocurrió, se descubrió que esa agencia se encontraba mesclada con la red de prostitución infantil, y todas las modelos fueron investigadas, pero quedaron absueltas de cualquier cargo.

Pero eso no fue lo único malo, todas esas chicas perdieron sus trabajos, patrocinios, y campañas, ninguna compañía quería contratarlas por todo el escándalo, que no era de bueno, que las rodeaba. Y Kenny se vio muy afectada emocionalmente, su reputación y esfuerzo se había ido por la borda, tan solo tenía 18 años.

Sus compañías no solían ser buenas, se volvió rebelde e irresponsable, mis tíos ya no sabían qué hacer con ella.

-Desde hace meses he vuelto a mandar mi catalogo a distintas compañías, quiero volver hacer lo que amo, estar un tiempo aquí me ha servido de mucha ayuda para centrarme en lo que quiero, muchas me rechazaron, y eso me dolió bastante, pero no me rendí y hoy he recibido una carga, una empresa decidió que quieren que sea la imagen principal de su marca, y eso es muy bueno, solo me pusieron dos condiciones. La primera es que debo buscar lo antes posible una agencia que sea mi manager, y la segunda es que debo volar dentro de 3 meses a Alemania.

RAWRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora