67 [!]

768 37 16
                                    

Maraton 1/3

"Ohana Significa familia.Y la familia nunca te abandona, Ni te olvida."

No podía recordar cuando había sido la última vez que mi padre había ido a buscarme a la salida de clases, quizás cuando aún estaba en la primera o a mediados de la secundaria cuando aún estábamos en Alemania, quizás había sido mucho antes, cuando mi madre aún estaba viva, pero no podía decir un día con exactitud.

Bufe tirando mi cabello hacia atrás, a varios metros estaba mi padre esperándome afuera de su auto.

Me despedí de una compañera de clases con la que me había quedado conversando unas cosas sobre las normas de un trabajo practico que no lograba entender.

A lo lejos salude a Taylor que se estaba acercando a la entrada donde estaba parada. Me guiño un ojo y siguió su camino con el resto de los chicos con quien andaba.

Cuando me faltaban unos pasos corrí hasta mi padre para poder abrazarlo, pero su cara de enojo se reflejaba por todo el cuerpo, estaba tenso y con una expresión que hace años no veía.

-Vater!

- Mackenzie Marie Schweitzer –me aleje un paso de forma involuntaria, mi padre nunca me llamaba así.

- ¿ahora que se supone que hice?

- ¿en serio estas preguntándome? Pues quizás, haber entrado a un lugar como si fuera una delincuente y que estuviera detenida por varias horas, claro pero tu padre no se enteró en ningún momento sino días después, sino fuera por Kennedy....

-Voy a matarla –murmure para mí.

- Was zur Hölle ist mit dir los? Tú no eres así, es por ese muchachito delincuente con el que te la pasa

-papa, escucha ...

-no, Mackenzie, esto fue el colmo

-no es el fin del mundo.

-pensé que te habíamos educado bien...

- ¿educado? Si luego de mis 16 años nunca más te vi en casa, dije que lo había superado...

-Mackenzie, esto no tiene que nada que ver, no quiero verte con ese muchacho

-tengo 21 años, vivo sola, trabajo y soy mayor de edad. No tienes ningún derecho para decidir nada sobre mí, no lo hiciste antes, no puedes hacerlo ahora.

-Soy tu padre

-Y yo tu hija, eso está claro. Pero no tienen ningún derecho a meterte en mi vida.

Una presión en mi garganta hacia que quisiera llorar, restregué los ojos con ambas manos, no iba llorar. No pronunciamos más palabras, así que rápidamente me di la vuelta y me fui dejando a mi padre allí.

-Te amo –fue lo último que dijo.

-Yo también –murmure más para mí.

No quería seguir sintiendo esto, no lo odiaba ni siquiera podía decir que tenía un rencor, solo estaba dolida, tenía en mi corazón esa espina que, aunque quisiera no podía sacarme para sanar.

Por fuera era la persona que nunca le importo que su padre solo viniera un par de días por su cumpleaños, que mandara una tarjeta con regalos por cualquier logro cumplido, y que hiciera llamadas de vez en cuando para saber cómo me encontraba.

Por dentro cada noche me iba a la cama llorando, en Alemania podía olvidarme de eso, la mayor parte de mis días los pasaba en casa de Kenny, Paul o cualquier de mis amigos, luego aprendía a acostumbrarme mandando a un lado oscuro de mi cabeza aquello. Nuevamente todo volvió cuando nos mudamos, quise pensar que era una nuevo conmigo para ambos, por eso elegí venirme, pero todo fue peor, aquella casa grande donde vivía sola, me recordaba una y otra vez que no tenía a nadie.

RAWRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora