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Nos miramos durante un rato fijamente, sin apartar la mirada.

Normalmente cuando me miraban fijamente me colocaba nerviosa hasta enrojecer, con el tiempo había dominado internamente mi nerviosismo, bueno trataba de hacer mi mejor intento.

Parpadeo agitando coquetamente sus pestañas, sus pestañas son tan largas y risadas, detalle cada parte de su cara.

La cercanía de su rostro me hizo notar cada lunar de su cara. Uno bajo la ceja izquierda, otro justo en la parte superior del pómulo, el más notable de todos.

Sobre el labio superior en el mismo lado izquierdo y dos pequeños puntos oscuros en la barbilla, del lado derecho su rostro tenia pequeñas pecas que no se notaban mucho, pero en la esquina del labio uno lunar grande.

Bajo la mirada a mis labios e inconscientemente me los relamí.

Volvió a subir la mirada a mis ojos, sus pupilas estaban un poco más dilatadas, sonrió con picardía y en si darme tiempo a reaccionar se inclinó para besarme.

En realidad, solo fue un pequeño pico sin intensificarlo, cerré los ojos brevemente dejándome llevar por la sensación del contacto de nuestros labios.

Se alejó y volvió a la misma posición anterior.

Me incline más hacia atrás aun a recostada en la moto- ¿qué te paso ahí? - Al rededor del brazo tenía unos moretones y otros asomándose cerca de la clavícula, no eran muy oscuros, pero si se notaban que eran provenientes de golpes.

Entonces me sentí la persona más estúpida preguntando tal cosa, si yo misma ya sabía la respuesta, puesto que ya sabía a qué se dedicaba el rubio por las noches.

Soltó un último respiro rompiendo el contacto visual conmigo- anoche tuve una pelea - sobo su cuello con la mano derecha mientras me miraba esperando una mala reacción mía.

Subí mis hombros- Ok

- ¿No vas a discutirme? - entre abrió los labios en asombro.

Negué haciéndome la desinteresada, mientras por dentro solo quería dejar salir mi madre interior. - ¿para qué? ¿vas a siguiera escuchar lo que digo?

Frunció la nariz, y me miro- segura que no vas a darme un discurso.

-no -las ganas me carcomían, claro que quería discutirle.

-Bien -me dio la espalda y comenzó a contar- 1...2...y

No aguante, hice mi mayor esfuerzo, pero las palabras fluyeron de mi boca - Hasta cuando vas a seguir en lo mismo - tomo mi cara entre sus manos y pego su boca a la mía callándome. Esta vez no fue solo un roce, sino de esos besos que nos dejaban con ganas de más.

- ¿vas a cerrar la boca o te beso de nuevo? – con ese aire de superioridad y ego que lo distinguía tanto, a veces solo quiera borrar esa estúpida sonrisa de su cara, y no con un beso.

- no todo lo puedes resolver con un beso, un día me vas a encontrar de malas y voy a golpear mi puño en tu cara -se rio sin tomarme enserio en ningún momento, en pocas palabras yo soy una broma para él.

-Tu puedes golpear lo que quieras contra mí, Fierecilla –rodé los ojos negando, sin decir palabras subí mis manos a su rostro acariciándolo, este cerro los ojos dejándose llevar por mis caricias.

Se apartó de mi estirando su mano para que la tomara, me alejo de la Harley para el montarse, inclinando la cabeza hacia atrás me invito a subir.

Me agarre de sus hombros para impulsarme y pasar una pierna sobre la moto para quedar sentando- ¿a dónde vamos? - estiro su cuello mirando hacia atrás.

RAWRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora