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Maratón 3/3

A esta hora de la madrugada creo que estoy un poco más que alcoholizada, pero sin llegar a estar ebria como mi amiga que se había quedado dormida minutos atrás recostada a una de las mesas casi inconsciente, trágico.

Camine hasta la cocina en busca de un vaso de agua o algo por el estilo para pasar la sed que tenía, mi garganta se sentía tan reseca.

-Mack –tragué toda el agua que había puesto en el vaso y sobre mis talones le di la cara a Rob. -ahm, no sé si solo pasas de mi por la fiesta o aún me odias. –un pequeño hilo de agua se fue por el lugar que no debía atorándome con este logrando que me ardiera la nariz, lagrimas salieron de mis ojos sin intensión.

Pensé largo segundo, no partamos la vista, antes su mirada podía ponerme tan nerviosa que apartaría mi mirada de el pero ahora, no sentía nada- no te odio –respondí con sinceridad mientras el tronaba cada uno de sus dedos nervioso. - eres pasado y el pasado se supera, no se odia.

-Mack –acaricio mi cara lentamente mientras nos mirábamos, lo sentía acercarse bajándola hasta el cuello dejándola en peso muerto sobre mis hombros- yo... mira yo aún te quiero.

Deje el vaso sobre la isla detrás de mí para evitar que se me callera al suelo-y yo también, pero, así como quiero a Paul, a Kenny y todos los que están en Alemania.

-sabes que no hablo de esa forma

-tú me dejaste ¿recuerdas? –recalque las mismas palabras que cuatro años atrás el repitió- "Mackenzie, creo que es hora de terminar, conocí a alguien más, mucho mejor que tú, eres todavía muy inmadura para tener algo serio, yo quiero alguien que pueda llevar al matrimonio y presentar a mi familia, no una niña puberta que aún no termina de salir de la adolescencia"

-tenias 17 años y yo 24 ¿que querías que te dijera? –su voz tomo un tono más grave.

-no te estoy reclamando Rob, solo te estoy recordando que aún sigo siendo menor que tú y mucho más inmadura que cuando tenía 17 años- quería sacármelo de encima, sufrí mucho por él, y a él le importo un pepino y ahora vuelve creyendo que caeré con sus te quiero sacados de un libro barato.

Dos fracasos amorosos, no más.

De un momento a otro sus labios estaban besando con desesperación los míos acariciando mi cara con ternura, a lo lejos se escuchaba el ruido de la música, mientras me arrimaba más a la isla, pero yo no moví ni un centímetro de mis labios, lo deje hacer para que se entendiera que ya no había un nosotros, fría y calculadora como cualquier perra haría, no iba a volver a jugar conmigo, hasta dos años atrás lo espere, pero no, ahora no.

Toque sus hombros para apartarlo, pero un empujón llego de sorpresa separándonos del beso mandando a Rob contra uno de los estantes, causando que varios platos impactaran contra el piso rompiéndose- no vuelvas a ponerle un dedo encima.

-por favor no te metas- sus palabras eran amables y respetuosas, pero en el tono que lo decía sonaba totalmente diferente a lo que quería transmitir- eso es algo entre mi chica y yo.

¿su chica? Nunca más.

El sonido de su burla lo puso furioso mandándole un puñetazo en la cara a Rob, pero este estaba mucho más sobrio y se apartó de forma rápida deshabilitándolo para propinarle a él es su descuido un golpe que lo tiro en el acto.

Se subió sobre el pegándole cada vez más hasta lograr que le sangrara la nariz- déjalo –grite nerviosa por todo lo que estaba pasando en pocos segundos- Rob, solo esta borracho – me subí sobre su espalda al no querer apartarse, tomándolo del cuello y tirándolo hacia atrás para que lo soltara. Gracias clases de defensa personal.

RAWRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora