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La cabeza me retumbaba, la luz del sol atravesando por la ventana era lo peor, por este motivo nunca dormía de frente a una ventana y mucho menos la dejaba abierta y peor aún es cuando estas muriendo de una resaca. Presione ambas manos para parar las palpitaciones, pero eso no se iría tan fácil.

Di una vuelta en la cama rozando mi mano en el transcurso con un cuerpo caliente y fibroso, pestañeo un poco entre abriendo un ojo fijándolos en una espalda masculina algo roja del sol.

Joder.

De golpe me senté en la cama, mire bajo la sabana que me cubría encontrándome desnuda, con cuidado de no hacer un movimiento brusco desenrolle una de las tantas cobijas que teníamos en el cuerpo, jale la única que él no tenía pegada a su cuerpo para hacer mi huida más sencilla.

No, no, no.

Me puse de pie tapándome con las sabanas, caminé despacio para llegar al lado apuesto y confirmar si era la persona que pensaba.

Con la cabeza tapada por una almohada y el brazo sobre esta sosteniéndolo, no dejaba ver mucho, la sabana estaba un poco más baja de la cadera y con una pierna fuera de la cama.

Claro que era el, quien más, no hay dos personas que tengan los mismos tatuajes.

Vestí mi ropa interior que por alguna razón estaba sobre el plasma y una de las lámparas.

Mastique mi dedo tratando de localizar mi ropa. Caminando de puntillas enredándome por desgracias con una camisa en el suelo cayendo de una y pegándome en la rodilla.

Apreté los dientes tan fuertes para no gritar sobándome la pierna, pero era muy tarde, él se encontraba estirándose, bostezando y mirándome con cierta confusión.

Restregó sus ojos mirándome como si fuera una visión. - sí, soy real, deja de mirarme sí.

- ¿Mack? - murmuro con esa voz ronca de recién levantado que te hace erizar la piel.

Rasco su barbilla y luego su espalda-No, la virgen Maria.

Se levantó dejando de lado las sabanas.

Ese aspecto de recién follado estaba haciéndome babear. Recorrí con mi mirada por cada parte de su cuerpo empezando por su cuello lleno de moretones, bajando por ese abdomen definido con una "V" marcada de manera sexy.

Sacudí la cabeza antes que me pillara y subiera su ego, fui hasta el baño rebuscando entre las gavetas un cepillo de dientes nuevo.

Rasgue el envoltorio para cepillarme rápidamente.

No había caído en cuenta hasta que se miró desnudo y luego a mí en ropa interior.

Él entro al baño rozando su pecho con mi espalda fijando su mirada en la mía que se reflejaba en el espejo.

Tenía los labios resecos, pero aun rosados, y sus ojos por lo natural se veían más amarillos que de costumbre con un poco de lagañas y su cabello hecho un lío de mechones rubios, uy sí que atractivo.

A quien engaño, si lo era.

Enjuague mi boca, entro al baño rozando su pecho con mi espalda y algo más, lave mi cara y salí dejándolo dentro, mucho contacto físico por hoy - ¿es enserio? -hablo muy molesto terminado de subir su bóxer, sentada en la cama volteando la ropa para ponérmela, gire mi cabeza con expresión confundida- dos putos años detrás de ti y tu permites que te folle estando ebrios, maldición Mackenzie, a ti de verdad te encanta llevarme la contraria. Eres una bruja - quería reírme, pero la seriedad con la que estaba diciendo todo, me decía que de verdad estaba enojado por no recordar nada, al igual que yo.

RAWRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora