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"Ella había puesto puntos suspensivos a su historia...El borró esos dos."

Estaba sentada en el césped mientras hablaba con mis primos por el computador, hacia una mañana muy linda y soleada, además que hoy sería un día bastante largo después del mediodía, así que no esperaba hacer muchas cosas hasta que llegara esa hora.

Le di un trago a mi té frio mientras estiraba mis piernas, y escuchaba como mi prima no paraba de hablar una y otra vez sobre lo que emocionada que estaba con su nuevo novio.

En otra pantalla mis primos solo rodaban los ojos, no se encontraban en el mismo lugar así que había múltiples pantallas en el computador desde diferentes lugares del mundo y no podía olvidar tampoco a mi mejor amiga.

Después de varios días me volvía a poner en contacto con ella, se veía radiante y muy feliz por lo que estaba haciendo, arreglo un poco más su relación con sus padres y todo estaba saliendo de lo mejor, solo que aún no podía olvidar a Scott, él la quería y ella también a él, Kenny no había tenido muy buenas relaciones, diría que sus relaciones habían sido peores que las mías y Scott le había demostrado que no todas las relaciones eran así, pero se negaba a mantener una relación a distancia con ella, así que solo quedarían como amigos.

Mi teléfono vibro recibiendo un mensaje de Dereck, pidiendo un consejo de que debía comprarle a su novio que estaría de cumpleaños el próximo fin de semana y se estaba volviendo loco sin saber que comprarle.

Textee un mensaje de vuelta con varias sugerencias.

Hace varios días había puesto fin a mis clases universitarias, y también había metido la renuncia en la cafetería donde trabaje durante varios meses. No quería irme porque había hecho muy buenas amistades allí pero era un trabajo temporal mientras lograba estabilizarme como la mujer independiente que debía ser.

Ahora era momento de buscar un empleo referente a mi carrera y ponerlas en práctica.

-Chicos debo irme –me levante del suelo con la laptop en mis manos, y otro montón de cosas que tenía conmigo, comencé a caminar hacia el departamento- necesito hacer muchas cosas, los veo luego, lo quiero.

Todos empezaron a negarse pero igualmente me despedí de todos y cerré mi sesión.

No quería entrar al departamento porque estaba tan distinto, y mirarlo solo me producía soledad, fue el primer lugar que realmente pude llamar mío. Termine de organizar lo que más podía y me dispuse a bañarme para salir, pasaría por la casa de los Bieber y luego me dirigiría a casa de mi padre para solventar varias cosas que teníamos pendientes, también necesitaba pedirle unos requisitos.

Deje todo, y cerré la puerta del departamento, mientras bajaba por las escaleras le mande un mensaje a Justin para que supiera que iría en camino.

El portón se abrió sin la necesidad de que me bajara a tocar el timbre, entre y deje como siempre el carro estacionado. Llegue hasta la puerta y recibió un Bieber recién duchado con solo una toalla en el cuerpo.

-Que gran recibimiento –lo mire detenidamente sin ningún descaro.

Sin decir palabra se acercó hasta mí tomándome de la cintura mientras me besaba, así, a tanteos, fuimos hasta su habitación, no había que ser muy listos para saber que iba pasar en cuestiones de segundo.

Siempre era fantástico tener sexo con Bieber, por alguna razón nunca me hacía tener vergüenza o sentirme mal conmigo misma, al contrario, tenía algo con sus palabras y sus gestos que hacían sentir la mujer más hermosa del mundo.

Todo fue con lentitud, tomándonos nuestro tiempo sin querer pasar muy rápido a la siguiente fase, el juego previo siempre era el que más placer provocaba, sentir sus manos recorriendo mi cuerpo mientras me sacaba cada una de las piezas hasta dejarme totalmente desnuda y luego rozar sus labios con cada punto erógeno de mi piel.

RAWRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora