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Maratón 3/3

"Quien no demuestra lo que siente, tal vez pierda lo que quiere"

Estaba que no podía aguantar más las ganas de ir al baño, normalmente era una costumbre ir al baño antes de salir de la casa, pero por alguna razón no lo había hecho, el baño más cercano era en el piso de arriba así que rápidamente me moví por las escaleras hasta llegar al baño.

El pasillo estaba totalmente solo, puesto que este piso estaba libre de alumnos. Abrí la puerta principal, era un espacio pequeño con dos lavamanos y unos tres cubículos con inodoro, tire el bolso sobre los lavamanos y luego la puerta del cubículo, desabroche mi pantalón.

Puse papel toalla en la tapa antes de sentarme para orinar.

Agradecía que estaba sola en el baño porque me daba mucha pena que alguien me escuchara orinar, era una estupidez, pero parecía que mi cuerpo se bloqueaba y no podía hacer pipí teniendo gente afuera.

Estaba terminado de hacer mis cosas cuando la puerta principal sonó y era muy extraño porque muy pocas chicas o quizás nadie usaba este baño a menos, que, como yo, tuvieran una emergencia.

- Y cómo te decía, me sorprendió cuando abrí la puerta de mi casa y él estaba parado allí frente a mí, no pude ni preguntarle que hacía en mi casa cuando me beso sensualmente arrastrándome hasta adentro.

- ¡Eso es tan tierno!

Reconocía esas voces, me quede sentada un rato más escuchando, pero no siguieron hablando, seque mis partes íntimas y baje la poceta.

Acomodé mi ropa antes de salir.

-Me hizo el amor con tanta pasión y desenfreno que no podía creerlo. Está claro que ya se aburrió de la alemanita, y volvió a mí, como siempre.

Empuje la puerta para salir, estas miraron a través del espejo, las clones me sonrieron y Caroline se giró para quedar ahora frente a frente. La ignoré y seguí mi paso hasta el lavamanos.

-Así que ¿Justin ya te dejo?

Pestañe de manera exagerada y agudice la voz para imitarlas- ¿Cuando hemos andado? Es solo sexo, nena -me incline sobre el lavamanos para retocarme el labial mientras las escuchaba hablar.

Me miró por el espejo con aires de superioridad y un poco de molestia al ver que no caía en su juego -Estuvo conmigo ayer

-Me alegro mucho por ti, te hacía falta

Las deje en el baño, detrás de mi pude escuchar sus carcajadas, me habían seguido para que así las pudiera escuchar, era un acto bastante infantil para unas chicas que ya habían dejado la adolescencia, este tipo de jueguito y acorralamiento deberían haber quedado en la primaria, pero parece que ellas aun necesitan quemar esa etapa.

No creía mucho lo que habían contado, ahora mismo tenía otras cosas en la mente, y tenía cero tiempos de estar averiguando si lo que decían era verdad o no, pero conociéndolas no podía creerle mucho.

La tarde paso muy rápido y ajetreada, cuando me di cuenta ya me encontraba tirada sobre el sofá de mi apartamento, tenía aproximadamente veinte minutos que había llegado y me había quedado allí mirando el techo, estaba muy cansada como para pararme y caminar hasta mi habitación.

El timbre sonó y me queje en voz alta, Kenny había salido a comprar unas cosas para la cena, me levante poco a poco. Era más de media noche, y no se me ocurría quien podía ser.

-Hola –le dije parándome en el marco de la puerta, levanto su mirada hasta a mí, su cara era seria a mas no poder, así que deduje que aún seguía enojado conmigo.

RAWRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora