- ❝ Vaya vida de mierda. Todos en el colegio me odian o directamente me evitan, mientras que mi casa está repleta de egoístas. ❞
- ❝ Mi hermosa ____, tu penumbra acabará cuando yo llegue. Seré esa luz que tanto esperaste, que importa aquellas que tu...
Al terminar el "desayuno". Tanto Kevin como yo subimos a mi habitación. Mientras el más pequeño de mis hermanos se entretenía coloreando o haciendo cualquier garabato en su cuaderno, yo revise mi teléfono en busca de algo interesante por hacer.
Encontré unos mensajes nuevos.
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Guarde mi teléfono en el buro. Hace rato que la luz había regresado, así que aproveche para cargarlo. Aún era temprano, la casa estaba sola a excepción de Kevin y yo. No habría problema si dormía un poco más.
• • •「◆」• • •
El sonido de la puerta siendo azotada me levanto de un brinco. Maldije al no haberla cerrado antes.
Al pie de mi alcoba estaba Mauricio con una sonrisita, más allá de burla no le veo sentido a su expresión. Mire por toda la habitación en busca de mi hermano, pero lo hallé dormido a mi lado. Que suerte, seguramente se habría asustado por la intromisión de este salvaje.
Mauricio: La puta regreso, que bueno porque necesito que busques a tu madre — ordenó.
Tú: ¡Vete al carajo! Búscala tú — reproche volviéndome a acostar.
Mauricio: Te interesará mucho saber la razón por la que se fue, pero eres tan pendeja que ni siquiera te das cuenta — lo último que escuché fue su risa y la puerta siendo cerrada.
No veo porqué los asuntos de esa mujer me deban importar, maldito hijo de puta. Caí dormida a los minutos.
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Eran las 4 o 5 de la tarde cuando me levante, o al menos eso vi al echarle un vistazo rápido a mi teléfono. Para esta hora mis hermanos y Zed ya habrían salido de la escuela, que mal.
Mi casa estaría repleta desde hace rato y no tenía ganas de regresar con ese cuatro ojos. Tendré que soportar los escándalos de mi familia. Baje a la cocina.
Mauricio: ¿Ya encontraste a tu madre? — en verdad aún no regresaba.
Tú: No apareció en mi cuarto, no pienso buscarla más allá de eso.
Tome una manzana antes de volver a mi habitación.
━ ❝ ηαяяα∂σя σмηιρяєѕєηтє ❞ ━
Cuando la puerta del cuarto de la chica cerró, el hombre quien se quedó en la sala maldijo por segunda vez en el día. ¿Cómo una arpía como ella era tan estúpida como para no percatarse?
En fin, no era su problema lo que ocurriera con ambas mujeres. Se arreglaría con su esposa cuando está volviera, por ahora el hombre disfrutaría su tarde libre. Con su familia fuera de su espacio, Mauricio tenía completa libertar del control.
Tenía acceso a sus diversiones calientes.
Lamentablemente, poco más de unos 40 minutos la puerta sonó, alguien los visitaba. Mauricio reprocho cuándo noto que ignorarlos no serviría, abrió de mala gana.
Mauricio: ¿Quién carajos eres? — un joven de lentes y uniforme le miraba desde el marco.
Zed: Buenas tardes señor, me llamo Zed soy amigo de ____. Por casualidad ¿no se encuentra aquí? — su formal saludo le hacia raspar la garganta. Dirigirse a ese hombre con educación, era una burla para su amada.
Mauricio: ¿Amigo? Ya veo, tú eres el idiota con el que ella se revuelca — el joven se sonrojo de la pena ante tal acusación — y dime, ¿es buena?
Asqueroso. Simplemente asqueroso era ese hombre, Zed ahora entendía de primera mano el porqué ____ odiaba este tipo.
Zed: No he tenido ningún encuentro de ese índole con su hijastra, y de ser el caso ¡No es algo que le incumbe señor!
Mauricio: Que raro, por lo general es una facilota — el mayor hizo una pausa recargando su cuerpo en el marco — como sea, está en su cuarto.
El joven se abrió paso por la casa. Al pasar al lado del hombre Zed deseaba empujar al mayor, pero se mantuvo firme para evitar problemas innecesarios.
En la habitación ____ dormía cómoda junto a el más pequeño de sus hermanos. Pero unos toques en la puerta rompieron con su lapso de descanso, la primera persona que paso por su mente fue Mauricio.
Tú: ¡Lárgate! — grito molesta a su vez que lanzó su almohada a la puerta — ¡Déjame en paz Mauricio!
La adolescente estaba a salvo mientras que su puerta tuviera seguro, pero aún debía de hacer algo con sus nervios. Entre los toques en la puerta que aún insistían y los gritos de su hermana, el pequeño despertó.
Aún con sueño no pensó de quien se tratara, se dirigió a su hermana.
Kevin: Hermanita, ¿qué sucede? — cuestionó al ver a su hermana hecha bolita.
La chica gruñó en señal de molestia. Kevin al ver la reacción de su hermana creyó que estaba molesta por los toques que no le dejaban dormir, así que se levantó para ir a atender él mismo a quien llamaba.
El menor no pudo ni hablar cuando un chico se había adentrado a la habitación.
Tú: ¡Te dije que no pienso buscarla! ¿Por qué no me dejas en paz? — grito y pataleo cuando sintió unas manos despojandola de la manta.
Valla sorpresa se llegó la chica al escuchar los quejidos de dolor de parte del joven muchacho. Zed había sido pateado en el estómago por culpa de su rabieta.
