"Buenos días hija." "¿Cuándo responderás?" "¿Me odias acaso?" "¿Cómo has dado con mi número?" "¿Cómo te trata tu madre?" "¿Dónde viven adora?".
Esas y más eran las preguntas que mi padre me hizo en los últimos días, pero a ninguna di respuesta. Sin embargo, un mensaje en especial me hizo malestar de sobre manera.
"Lorenzo me ha dicho que no tiene caso preocuparme, que tú eres feliz."
Lorenzo, ese maldito sinvergüenza, ¿cómo se atreve a mantener contacto con mi papá y sólo para decirle mentiras? Hijo de puta. Corría hecha un manojo de nervios por los pasillos, la sala de maestros era mi destino y Lorenzo el idiota que me las pagaría.
Rafael: Ni creas que te has librado de mí, zorrita – lo que me faltaba, que este idiota me venga a amenazar.
Tú: ¡Vete al carajo! – dije molesta al quitarle de mi camino, ahora no tenía tiempo para él.
Seguí derecho por el pasillo, la sala de maestros estaba en el último salón y pude ver perfectamente a Lorenzo. Hijo de perra, tanto me odiaba para hacerme más problemática la vida. Como sí se propucieran a detenerme este día, Zed apareció de la nada.
Fue muy fácil esquivarlo y seguir con mi camino, el enojo se acumulaba en mi cuerpo y mi paso se aceleró. Abrí la puerta y entre sin autorización de los profesores, que en seguida me reclamaron, pero mi atención fue puesta en el imbécil de Ramírez.
Molesta e ignorando las quejas de los maestros por entrar a un lugar de tal forma, he soltado un difícil golpe en la cara de Lorenzo haciendo que voltear su cara por el golpe. Un maestro me ha sujetado para evitar acercarme a él, pronto los regaños se hicieron presentes.
Maestra: ¿Qué clase de comportamiento es este señorita? Entrar de manera brusca y golpear a un docente, son conductas que no son toleradas – me regaño, pero ni siquiera le he volteado a ver.
Tú: Eres un hijo de puta, ¿cómo te atreves a intervenir en mi familia? – grite furiosa.
El maestro que me sostenía luchaba por sacarme de la sala, pero mi agarré era firme y de igual manera intentaba soltarme de los brazos de tipo. Lorenzo se acerco para sujetarme.
Prof. Ramírez: Hagan el papeleo que corresponda, yo hablaré con la alumna – les dijo a los maestros, para luego llevarme con él.
La puerta y el pasillo estaban llenos de ojos metiches, incluyendo a Zed que no veían contento la escena. Después de esto lo más seguro era que me expulsaran, pero antes me escucharía Lorenzo. Su agarré era fuerte en mis manos y llevándome casi a rastras hacia un salón vacío.
Tú: Ya estarás contento, ahora mi papá sabe que soy feliz con Martha – solté con sarcasmo al alejarme.
Prof. Ramírez: Te has metido en problemas serios, lo más seguro es que te corran – anuncio mal encarado.
Tú: Me vale madres, sí mucho te preocupa lo que pase conmigo, entonces aléjate de mi papá – pedí pero me negó enseguida.
Prof. Ramírez: Mi amigo merece cosas mejores, y Martha ni tú pueden dárselas – pero quien era él para decir tal cosa.
Tú: Así entonces, ¿quién es capaz de darle todo eso? ¿tú o su hija? – renege.
Prof. Ramírez: ¡Su nueva familia! – grito de pronto causandome sorpresa – ¿por qué crees qué no te busco todos estos años? Ahora tiene una familia de verdad – dijo con una mueca de satisfacción.
De nueva cuenta he querido darle un golpe, pero me ha sujetado, aunque no pudo detener mi rodilla que terminó golpeando una zona sencible en él.
Ahora le odiaba de sobre manera.
[...]
Director: Su hija ha entrado sin autorización a una sala que no es del acceso de los estudiantes, golpeó y ofendió a un docente – enumeró mis faltas a Martha y señaló a Lorenzo a su lado – me temo que este comportamiento es inaceptable, ¿algo que quiera decir señorita? – me llamó y asentí.Mire a Lorenzo, no perdería la oportunidad de decirle todo lo que se merece. Ya habían llamado a Martha para informarle sobre mi conducta, para mi sorpresa se tomó la molestia de venir a escuchar todo lo que tenían que decir. Era más que obvia mi expulsión de la escuela.
Tú: Lorenzo, vete a la mierda hijo de perra, ese golpe te lo tienes bien ganado – solté orgullosa por ver la mejilla morada en su rostro.
El director me miró molestó, Lorenzo se mantuvo serio y Martha ni siquiera se inmutó por mi comentario. Tomé mi mochila y me levante de mi asiento para salir de la oficina, no sin antes darle mi último comentario al director.
Tú: Hagan lo que quieran, ahí está Martha para que se ocupé – dije pasándole toda la responsabilidad a mi madre, no se le veía contenta con eso.
Salí rumbo a la cafetería para tomar un refresco o una ensalada, algo que me quitara el apetito que traía por no haber desayunado. Era receso para todos los que estuvieron en clases, por lo que la mayoría de los alumnos estaban reunidos en la cafetería.
Zed: ¿Qué es lo que pasó contigo en la mañana? – cuestionó apenas se me acercó.
Tú: Nada que te importe – me limite a contestar antes de dar marcha a la salida.
Martha no tardaría en salir de la oficina del director, la cafetería estaba plagada de gente, ya no tenía nada que hacer ahí por lo que mejor era esperarla en la entrada. Zed como sanguijuela, se pego a mí hasta que me detuve.
Zed: ¿Golpeaste a Lorenzo? – asentí – ¿qué te hizo? – esta vez su tono de voz fue más duro o molesto, raro viniendo de él.
Tú: No tengo porque darte explicaciones de ningún tipo, así que conformate con saber que me expulsaron por su culpa – me miro sorprendido.
Después de decirle aquellos, se ha quedado en completo silencio. Por los pasillos principales ya veía venir a Martha con unos papeles en sus manos, seguramente un reporte y todas las boletas que no recogí en estos años. Su rostro mostraba desinterés y poca importancia ante la situación, una madre ejemplar.
Martha: Toma niñita – me entregó el reporte y las boletas – te corrieron – anancio al sacar su maquillaje.
Ante aquella noticia, el único preocupado fue Zed a mi lado. Las boletas las doble y guarde en mi mochila, mientras que el reporte lo rompí y tire en cualquier lado.
Tú: Yo me largo – dije antes de retirarme.
Ni Martha ni yo teníamos pensado ir a casa después de todo ese día, ella seguramente tenía una cita para jugar cartas con sus amigas, o iría con cualquier tipo para acostarse con él en algún hotel de paso. Mientras que yo finalmente tome la decisión de asistir a la reunión con aquel desconocido, sería buen entrenamiento para poder llegar más tarde a casa.
Tenía tanto que desahogar, pero por lo pronto debería de matar el tiempo, aunque sea con un desconocido que solo quiera hablar conmigo una sarta de tonterías.
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sᴀʙᴀᴅᴏ ᴀ ʟᴀs ➋ ᴀᴍ. ᴇɴ ᴀᴅᴇʟᴀɴᴛᴇ.
Descanso creativo. Esto será más que nada para descansar la mente, para así lograr mejores resultados.
No publicaré, pero detrás de escena estaré escribiendo sin la presión de que tengo que publicar.
Yo escribiendo y mi mamá que se suelta haciendo tamales. :-\
¿Quien será el siguiente en morir?...
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El Yandere De La Chica Rebelde ▌ᴱᴰᴵᵀᴬᴺᴰᴼ ▌
Fanfiction- ❝ Vaya vida de mierda. Todos en el colegio me odian o directamente me evitan, mientras que mi casa está repleta de egoístas. ❞ - ❝ Mi hermosa ____, tu penumbra acabará cuando yo llegue. Seré esa luz que tanto esperaste, que importa aquellas que tu...