Los tres últimos días he estado yendo de un lado a otro para conseguir todo lo de la escuela como; cuadernos, lapiceras, mochilas, uniformes, etc.
Nada era de mucho lujo, ya que no tenía el dinero suficiente para ellos, y éramos cuatro los que compraríamos.Mis hermanos corrían ansiosos por la casa. Hoy empezaban sus clases, al igual que las mías. Encerrada en mi cuarto me debatía sí asistir o irme por ahí, al fin de cuentas no hay nadie que me espere en esa escuela.
Jack: ___, sal ya no quiero llegar tarde – le oí gritarme desde la planta baja.
Mis ropas eran simples y aceptables para el prefecto en la puerta de la escuela. Tomé mi mochila con molestia y me decidí a bajar con los tres monstruos que tengo por hermanos, ya que ahora por órdenes de Martha, yo tengo que llevar les a la escuela.
Tú: Caminen – les empuje a la puerta.
Jack y Hiro corrieron, uno por no querer tardar tanto y el otro por emoción. No corrían demasiado lejos, por lo que no les detuve. Kevin fue el único que se quedó cerca tomándome de la mano.
[...]
Mis hermanos estaban en la escuela, le había dicho a Jack que no les recogería, y yo llegaba a las puertas de la escuela. La multitud de alumnos entraban después de una corta revisión por parte de los prefectos, luego se les veía reunirse en pequeños grupos de amigos. Era mi turno.
Como sí fuera un aeropuerto me pasaron por los costados un escaner o como se llame, una vez que no me encontró nada me dio el pase. Por los pasillos se acumulaban multitudes peores, más de una ocasión me topé con gente, pero al fin había llegado a mi salón.
Me senté junto a la ventana hasta el último asiento, uno muy lejos de los profesores. Me puse unos auriculares y me centre en mi teléfono, mis compañeros llegaban por montón y provocando mucho ruido. Debí quedarme en casa.
Prof. Ramírez: A sus lugares – le mire entrar, pero por mis auriculares no le escuché.
Todos tomaron su espacio en cuanto el entró, fue ahí cuando lo vi. Era Zed, como siempre ese matadito sentado en el frente, lamiendole los zapatos a los profesores. ¿Por qué le miró? Jamás lo note por años, y ahora no empezaría, no después de todo lo ocurrido.
Ese idiota, solo sirve para molestar en mi vida con preguntas estúpidas y fuera del tema. Mi mirada seguía clavada en su espalda, incluso note como alzó la mano al decir "presente", pero de igual manera me di cuenta de cómo volteo a verme. De hecho todos me miraban.
Prof. Ramírez: Por favor, hágame el gran favor de quitarse esos audífonos y entregarme su móvil – logre escuchar sus gritos.
Mientras me quitaba los auriculares, él se acercaba a mí para luego estirar su mano frente a mí. Tuve que darle de mala gana mis cosas, después de eso regresaría a su escritorio guardando mis cosas en un cajón. Sentía las miradas de todos en el salón, pero más la de él, Zed me miraba en todo momento.
[...]
Las clases del estúpido amigo de mi padre acabaron pronto, no le vi llevar nada de lo mío, así que quise acercarme a tomarlas, pero enseguida entraban los demás maestros.
Tendría que abrirlo cuando no hubiera nadie. Al acabar las clases regresaría.
[...]
Tú: Ahh... – bufé molesta al darme cuenta de cómo era el cajón.
El maldito Ramírez, había guardado todo en un cajón con cerradura y lo peor es que los conserjes no tardarían en pasar. Patee y golpeé el cajón, no tengo ni la más mínima idea de como abrir lo.
Zed: ¿Por qué no le girtas de cosas? Tal vez así se abra – lo que me faltaba, este idiota jugando conmigo.
Tú: Sí claro, tú siempre metido en mis asustos – dije molesta – sirve de algo, y abre esto – le ordené.
Él se acercó sacando algo de su mochila, un clip, tomó mi lugar y comenzó a forcejear para abrir el cajón. Al pasar unos pocos minutos se escucho como la cerradura había sido abierta, él tiro de la manija y por fin pude ver mi teléfono ahí dentro. Quise tomarlo, pero Zed cerró mi de nuevo el cajón.
Zed: ¿Y qué me ganó? – pregunto mirándome a la cara. Se divertía haciéndome enojar.
Tú: Que no te rompa la cara, déjame tomar mis cosas – le empuje del asiento y abrí el cajón para tomar mis cosas.
Zed: Déjame acompañarte a casa – ignore su comentario en respuesta y me marche del salón.
De poco sirvió mi indirecta, porque enseguida me alcanzó por los pasillos de la escuela.
La noche amenazaba con caer en pocas horas, no me había percatado de mi tiempo al tratar de recuperar mis cosas fue mucho. ¿Zed se quedó tanto tiempo en la escuela? Eso era cierto, pero de lo que no tenía claro era el ¿por qué?.
[...]
Tú: ¿Qué hacen aquí? – pregunté enojada a mis hermanos.
Estos mocosos se habían quedado en el parque a jugar a tan altas horas del día. No se veían casi adultos pasar, y más de una farola del parque no alumbraba bien, pero que estúpidos son, así pueden caer en manos de cualquier extraño.
Jack: No me hacen caso, Hiro se trepo en un árbol cuando íbamos de regreso – se defendió, pero de poco le serviría.
Tú: No me importa, tú eres el mayor y debes de saber como controlarlos – me acerque a Hiro.
Tome a mi hermano de la correa de su mochila y después tome a Kevin de la mano, mientras que Jack me siguió apenado. Los llevé a casa.
[...]
Tú: Que sea la última vez que tenga que andar de niñera, Jack debes saber como imponerte o tendré que darle la responsabilidad a Hiro – comente al llegar a casa.
Jack: No, esa es mía, yo soy el mayor – reclamo orgulloso.
Hiro: Pero ni puedes conmigo, yo seré quien mande – se burló de Jack.
Vi la cara roja de enojo de Jack y como este corría persiguiendo al otro enano. Mientras ellos corrían peleando, una zorra Martha bajaba por las escaleras, apenas llegabamos de la escuela y está se iba de puta.
Martha: Niños harán que me despeine – se arreglo el cabello – tú niña, controla los – solté una risilla por su intento de mandarme – no me esperen, les das de comer a tus hermanos que yo me voy con un galán – comento antes de irse.
Kevin: Mamá nos quiere, ¿verdad? – le oí decirme triste.
Yo era lo suficientemente grande como para comprender esto, pero mis hermanos eran unos niños de entre 10 y 7 años de edad. No había manera de explicar todo lo que está mujer hacia.
Tú: Vete a cambiar y diles a los otros dos que también lo hagan, yo preparare algo – me limite a decir.
Se fue contentó hacia la habitación y pronto se dejaron de oír los gritos de la pelea de Jack y Hiro. Kevin era observador y uno muy inteligente, notaba que el comportamiento de Martha no era el de una madre normal. Y pensar que yo tenía la misma edad que él, cuando también perdí a mi papá, solo que a diferencia de él, yo su puedo recuperar lo.
– Narrador Omnipresente –
Zed: Necesito tu camioneta y tu ayuda – dijo el muchacho en la llamada – haremos una pequeña obra en un parque cercano.Sus planes estaban en marcha y la suerte había elegido a su próxima víctima. Tantos años de vida por adelante, y estos serían arrancados en una sola noche.
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¿Quién será la víctima?...
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El Yandere De La Chica Rebelde ▌ᴱᴰᴵᵀᴬᴺᴰᴼ ▌
Fanfiction- ❝ Vaya vida de mierda. Todos en el colegio me odian o directamente me evitan, mientras que mi casa está repleta de egoístas. ❞ - ❝ Mi hermosa ____, tu penumbra acabará cuando yo llegue. Seré esa luz que tanto esperaste, que importa aquellas que tu...