"Contesta El Teléfono "

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¶ Narrador Omnipresente ¶
   
   
Zed tomo asiento a lado de su amada, mientras que ella solo miraba la pantalla de su móvil y el pequeño niño continuaba dibujando en el cuaderno que había traído consigo.

Zed: ¿Te molesto? – cuestionó refiriéndose al oficial que se acababa de marchar.

Tú: No demasiado, quiero un momento de paz y ya – reniego la menor.

Aunque claro después de todo lo ocurrido, quien no desearía un momento a solas para poder pensar, o al menos una buena noticia en el día.
Las horas pasaron muy rápido al punto que dentro de unos minutos caería el manto de la noche estrellada por completo. Zed insistió demasiado en la idea de que tanto su amada ___ como su pequeño hermano se quedarán esa noche con él, tanta fue su terquedad que casi optaba por cargar el cuerpo de ___ en su hombro, como si fuese saco de papas. Pero no llegó a tal extremo, ya que su princesa aceptaría.

Para ___ no tenía nada de importancia pasar una vez más la noche en casa de Zed, cualquier cosa era mejor que volver aquel agujero donde fue criada por su madre y ahora difunto padrastro. Antes de llegar los tres pensaron que sería buena idea llevar algo de comer, pero ciertas personas llamarían mucho la atención de ___.

Kyoshi: Mira a quien me acabo de encontrar – dijo burlón mientras comía unas papas – supe lo de Mauricio, no es una lástima se lo merecía el maldito – comentó orgulloso.

Sí algo que compartían ___ con los únicos amigos que pudo conocer de Javier, era su desprecio a Mauricio. Gracias a ese trío pudo darse cuenta de muchas cosas alrededor de su familia.

Kevin: ¡Cállate! – grito molesto el pequeño antes de salir corriendo a cualquier lado de la tienda.

Tú: Genial... Por tu culpa tendré que calmarlo – expreso fastidiada.

Mientras que ese par seguían con una platica "X", unos pasillos más adelante se veía aún niño correr entre la gente. El pobre pensó que su hermana lo seguiría, pero no fue así. Hoy había sido un día muy duro de afrontar para él, su padre había muerto, su querida hermana mayor había dejado más que claro su desamor por todos los de su familia, se habían metido en problemas con una autoridad y ahora un tipo ha ofendido la memoria de su padre.

El pequeño se detuvo cuando sintió el agarre fuerte de una persona, por un momento pensó en gritar pero una palma se lo impidió. Era Zed.

Zed: ¿Por qué no estás con ___? – pregunto al soltarle.

Kevin: ¿Mi papá fue malo? – dijo ignorando la pregunta del mayor.

Zed no quería hacerla de niñero ni resolver los traumas del mocoso a su lado, pero debía de hacer méritos por su confianza. No siempre se daban este tipo de oportunidades, no debía de desaprovechar ninguna sola.

Zed: Claro que no – aborrecia tener que dar honor a esa escoria, la cual él mismo condenó – estoy seguro que tu padre te cuidará a ti y a tu familia desde donde esté.

La típica frase de consuelo que dan cada vez que alguien muere, una que no debería de darse en este caso, ya que no se podía engañar a nadie con la mentira de que Mauricio era buen hombre o padre de familia. Era un hijo de puta.

Kevin por su parte creía todo, él no era lo suficientemente grande ni listo como para haberse percatado de la verdadera conducta de su progenitor. El niño contento y aliviado por las simples palabras de aquel chico que no aceptaba, se dejó caer en sus brazos sorprendiendo le tanto a él como a su hermana que llegaba a su lado.

Tú: Los dejó solos y me hacen una escena, que vergüenza – dijo bromista al no saber como desaparecer el aura de incomodidad.

Kevin corrió de regreso con ___, mientras que dentro de la cabeza de Zed se desarrollaban infinidad de planes con el pequeño, pero en ningúno de ellos el pequeño saldría vivo. A muchos se les podría haber ablandado el corazón con ese acto tan puro y gentil, pero para el joven sólo fue una señal clara de progreso en sus planes.

Zed: Vámonos, ya tengo la cena – dijo mostrándoles la bolsa con las compras.

[...]

Una película de comedia era lo que se veía desde la televisión, claro que no había muchas opciones de entretenimiento durante esa noche, ya que ___ solo miraba su teléfono, Kevin se había quedado dormido desde hace una media hora atrás y Zed estaba aburrido, pero no quería quitarse del lado de su amada.

Aunque había algo que le causaba curiosidad.

Zed: ¿Ya hablaste con tu papá? – ___ se sorprendió por el repentino tema.

Él no quería saber nada del padre de ___, solo intentaba conseguir información sobre este y determinar si podría causarle algún problema a futuro.

Tú: No te metas – su tono cortante ya no era nada raro.

Zed le quito el teléfono a ___ y corrió lo más rápido que pudo hacia su habitación, con ella siguiéndole molesta de muy cerca. Zed llegó marcando el número que él mismo había conseguido tiempo atrás, pero una tacleada de parte de ___ le hizo caer a la cama con ella sobre de él.

Entre los forcejeos entre ambos y una que otra ofensa que ___ gritaba molesta, el teléfono se marcó solo abriendo paso a una llamada entrante.
      
      
       
Primer tono...

___ logró darle la vuelta a Zed e intento quitarle el celular, sin notar que este estaba marcando.
      
     
     
Segundo tono...

Zed noto que la llamada estaba entrando, por lo que alejó a ___ para poder sentarse dejándola a ella sobre su regazo.
     
    
    
Tercer tono...

La llamada fue tomada y un "Bueno" desde el otro lado de la línea congeló a ambos jóvenes. ___ estaba a unas palabras de volver a ver a su padre.

El Yandere De La Chica Rebelde ▌ᴱᴰᴵᵀᴬᴺᴰᴼ ▌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora