«No Pensaré en Ella»

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Lucas

En tan poco tiempo logre convertirme en la sensación de mi instituto y alrededores.

Apodos como: «Chico cucaracha», «Vomito-Man» o «el desmayado» se escuchaban cada vez que daba un paso por el instituto. Ayer, después de desmayarme, fui llevado hasta mi casa. Santiago fue el único que se enteró del suceso, pues mis padres no les gustaría saber que estuve lleno de cucarachas.

Tal vez Santiago no le contó mis padres lo que ocurrió, pero puedo decir con seguridad que Sandra ya lo sabe, pero lo único que no sabe ni Sandra, ni Santiago es que literalmente vomité a Antonella.

Probablemente Sandra ya lo sepa, es decir, si le preguntó a Santiago por qué tenía cara —y posiblemente también aliento—, de muerto. No me importa si lo sabe, o sea, en el fondo sentiría pena, pero es todo. Aunque todavía espero por la reacción de Antonella...

Tenía miedo de ver su reacción ¿me odiará por lo que le hice? ¿Sería capaz de terminar con nuestra amistad por culpa de un evento sumamente estúpido?

¡Cucarachón! «Genial, nunca había escuchado ese»— ¡Voltea hijo de tu p...!

— ¡¿Qué pedo?!

Luego de escuchar el creativo insulto, giré mi cuerpo y me encontré con un cuerpo encapuchado a mis espaldas. No había nadie más en la escuela, o al menos en ese pasillo. No entiendo por qué siempre me quedó a solas con un posible violador...

— ¿Quién eres? —continué, mientras me acercaba el cuerpo que, no sabía si era un él o ella— ¿Qué quieres?

— Soy yo, ¡Karla! —se quitó el abrigo de la cara— Tenemos que hablar...

— Sé rápida, no tengo mucho tiempo.

Karla me jaló del brazo y me llevó hasta un lugar apartado de la gente. Una vez ahí, sacó de su bolsillo un teléfono y me mostró una imagen difusa de un cartel de letras rojas.

— ¿Sabes qué significa esto, Lucas?

— No mames, no leo nada

Ella cambió la foto mostrándome de nuevo el cartel, pero esta vez logré leer lo que decía.

— "Casa en venta..." —susurré—, ¿Qué significa?

— Es la casa de mi vecino Mariano, Ayer murió...

En ese momento todo cambió. Si el vecino de Karla murió probablemente ella tenga algo que ver. No digo que ella lo haya hecho, pero hay algo extraño en todo esto, viniendo de Karla, todo es posible, incluso la remota posibilidad que haya matado a alguien.

— Ka-Karla —tartamudeé notablemente—, Dime que no fuiste tú

— ¡No! No seas estúpido, Wey. El anciano tenía Cáncer y ya no le quedaba mucho tiempo de vida. A demás, ayer estuve todo el día aquí en el instituto, la policía lo sabe y por eso no pueden culparme de nada.

— Aja, entiendo eso —Observé los pasillos y dije—: ¿Qué te dijo la policía?

— Ayer llegaron para avisarme su fallecimiento, es horrible saber que el anciano que cuidaste por más de tres años murió.

— ¿Cuidabas a ese señor?

— Si, ¿De dónde crees que saqué ese auto?

Recordé lo que Karla me había explicado la noche del suceso, pero esa declaración no tiene nada que ver con lo que ocurre ahora.

— Pero me dijiste que se lo habías quitado a tu vecino.

— ¿Eso dije?

— Sí. ¡ESO FUE LO QUE ME DIJISTE!

Mexizolanas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora