«El primer Día»

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Nota: Escuchen la canción, va con el capítulo 

Lucas

— ¡Antonella! ¿¡Donde chingados te metiste!?

«Estoy a punto de desquiciarme»

Maldita sea.

Salí de la tienda y recorrí el pasillo del centro comercial, pero no la encontré. Le pregunté a todas las personas que veía si la habían visto, ninguna me dio razón de Antonella.

— ¿Disculpe? —me acerqué a una pareja de ancianos—, ¿Por casualidad no han visto a una chica linda con vestido azul? Estábamos buscando zapatos y...

— ¡Ya sé quién es! —gritó la señora—, ¡La he visto!

— ¿¡Dónde!?

— Se fue con el príncipe que le entregó la zapatilla de cristal antes, pero lo siento, ya no está.

— Gracias...

Salí de ahí un poco irritado por la respuesta, aunque en realidad solo estaba celoso, celoso por su relación que, no parece tener fallas.

— Antes de irme —me volteé hacia ellos—, ¿Puedo preguntarles cuál es el secreto?

— ¿Secreto? —esta vez respondió el señor—, No lo entiendo, joven

— El secreto para ser felices, ustedes son una pareja muy envidiable, por favor, tiene que haber una razón.

Ambos se observaron por unos segundos, luego él tomó la mano de la señora y ella me sonrió.

— Hay veces donde no lo puedo soportar y quiero matarlo con mis propias manos —soltó la señora sin dejar de sonreirme—, es algo que se me ha ocurrido

— ¿Q-qué?

Di un paso hacia atrás al pensar que puedo estar tratando con unos psicópatas.

— No te asustes, no lo voy a hacer —me calmé un poco—, te dije eso para que veas que no somos perfectos. Puedes envidiarnos, pero nosotros también lo hacemos contigo

— Ese es el secreto... —susurró el hombre—, Podemos pasar por cosas malas, decir cosas horribles y herirnos, pero sin llegar a los golpes; algunos lo califican de "Tóxico", pero nosotros creemos que siempre van a ocurrir cosas malas en la vida.

— Lo que hay que aprender es que —la esposa completó las palabras de su marido—, si sientes que estás en lo correcto y con la pareja correcta ¿Por qué hay que tirarlo todo por una pelea? No sé si te sirva, pero ese es el único secreto que conocemos.

Eso fue muy directo. Si Antonella es para mí, tengo que demostrarlo, no importa cuanto peleemos, debo encontrar la manera de quedarme junto a ella.

— Muchísimas gracias, seguiré buscando.

— No tienes porque agradecer. Suerte con la chica, veo que la amas mucho.

«Espero que ella sienta lo mismo...»

Antonella

Estoy huyendo de mi destino, tratando de encontrar la forma de estar feliz, sin salir lastimada.

Cometí algunos errores, lo lamento cada noche, me rompí un par de veces el corazón. Mi mamá siempre decía: «Niña, tú eres un problema», y ahora me pregunto ¿podrías enamorarte de una mujer como yo? Cada vez que te veo, Lucas, me haces sentir débil. Puedo decir que eres tímido y creo que eres tan dulce a pesar de todo. Todos lo dicen y hoy me doy cuenta que ¿Acaso alguien puede enamorarse de mí?

Mexizolanas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora