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-papi, dile que se quede con nosotros por favor.-el menor hacia a más no poder su hermosa carita de perro suplicante.-¿si? Di que si por favor, ¡yo lo adoptó!.

-¿qué?

-si, si, si, yo me haré responsable, le daré agua, comida, y le prestare el baño, puede dormir en el sillón.

-BaekHyun, no soy una mascota.

-pero...te adopto como mi appa.-gracias a aquellas palabras, ambos adultos se quedaron sorprendidos.-appa Lu me dijo que ya no vendría jamás por mi, eso significa que ya no tengo appa y como no tengo appa necesitaré uno, pensaba poner panfletos y pedir un appa con mis grandiosos dibujos pero se me ocurrió la grandiosa idea de que mi appa sea Chen, yo lo quiero mucho y Chen me quiere, también  quiere a papi Min.

-los quiero, pero eso no significa que tenga que tenga que vivir aquí y mucho menos como tu padre.

-¿qué se necesita para que JongDae sea mi appa?

Ambos adultos  no supieron cómo responder ante aquella pregunta que el menor cuestionó por lo tanto solo rieron nerviosos intentando cambiar de tema, las once de la noche se hicieron presentes y les sorprendía ver que BaekHyun aún no tuviera sueño y estuviera bien cargado de energía.
En un momento el pequeño solamente cerro sus ojitos tirado en la alfombra de la sala principal, su padre lo vio muy tierno en aquel momento, pues el pequeño se había acostumbrado a dormir en el suelo, lo acomodo cuidadosamente en un sofá.

-bien, ahora me retiro, gracias por todo.-sonrío el pelinegro dirigiéndose a la puerta de entrada para irse de aquel hogar.

-¡Noooo! ¡No te vallas!.-gritó el pequeño quien fungía estar dormido.

Corrió rápidamente a los brazos de JongDae provocando que este lo cargara como si fuera un bebé.

-¡mentiroso! Tú estabas dormido.

-solo dormido poquito no mucho, con appa Lu dormí mucho porque me aburrí y no tengo sueño ahora, pero Chen por favor no te vallas.

-lo siento pequeño, tú debes de dormir y tú papi Min tiene trabajo mañana y tú a irás al preescolar, así que duerme temprano anda.

-no podré dormir sin ti.

-solo esta noche.-respondió firmemente el rubio mirando a aquel otro sujeto.

El menor sonrío alzando sus bracitos feliz de que le dieran el permiso de quedarse con su Chen una noche.

-dormirás conmigo.-sonrío llevándoselo a su habitación y ponerse sus pijamas, mientras MinSeok buscaba algunas prendas para JongDae.

Al ya estar todos vestidos en sus respectivas pijamas, el moreno junto al pequeño se adentraron en la cama y como de costumbre, había venido MinSeok a despedirse de su hijo a darle principalmente las buenas noches.

-¡te amo!.-gritó el rubio abrazando fuertemente a su hijo, este soltaba carcajadas por las cosquillas que ocasionaba su padre.-descansa mi pequeño.-beso la frente de su hijo y este sonrío devolviendo el mismo gesto.

-ahora a Chen.

-tienes razón, descansa Jong y ten linda noche, espero que mi bebé no sea brusco en la noche y te tire de la cama o te de un golpe, suele hacerlo.-susurro lo último pero aun así su hijo se había dado cuenta por lo que soltó un quejido muy agudo.

-gracias y tú igual.-ambos sonrieron.

-¡papi besito!.

-¿besito? Ya te lo di, ¿quieres otro?.-sonrío el mayor volviendo  del lado de su hijo y besarle la mejilla.

-¡no!, Besito a Chen, así mira.-el menor se acercó a la mejilla del que estaba a su lado en la cama y dejó un suave beso con poco de baba en su mejilla, este sonrío agradeciendo aquella acción.-ahora Chen no tendrá pesadillas, faltas tú.

El rubio nervioso se negaba a acercarse, sin embargo tomó la mano del moreno y beso en ella, saliendo de la habitación y tratar de dormir lo mejor posible para el día siguiente.

Al despertar, JongDae se encontraba con un pie en su rostro quedando totalmente asustado, recordando lo que había pasado la noche anterior, con cuidado retiro aquella pierna del menor viendo que en realidad sí había dormido como MinSeok le dijo, al apenas moverse el menor despertó con sus cabellos alborotados mirando a su alrededor.

-bebé, ven a comer.
Se escucho un grito proveniente de la habitación en frente siendo la cocina, el menor al escuchar la voz de su querido papi volvió a recostarse en su propia cama pues bien, se había desvelado por el tal capricho de no dejar ir a JongDae.

-papi Min te habla BaekHyunie arriba, vamos, despierta.

El de cabellos negros simplemente tomó al pequeño subiéndolo a su espalda y bajar con él a donde el chico rubio los esperaba, con cuidado lo dejo en una silla y miro su platillo, cereal con leche y algunas frutas.

-me desperté tarde, lo siento, JongDae...¿podrías dejar a BaekHyun en su preescolar? Hoy me toca abrir la biblioteca, así que hoy entro temprano y se me hace tarde, cuídate hijo, no olvides lavar tu boca después de terminar de comer, te recogeré en la tarde, adiós, te amo.-gritó lo último saliendo de casa.

-¿me ama a mí o a ti?.-preguntó el menor confuso.

-por supuesto que a ti, así que vamos a arreglarte y nos vamos.

El menor asintió, terminó su comida y así se dirigió junto a Jong quien le ayudaría a vestirse adecuadamente, era kínder por lo tanto los únicos días en donde necesitaría llevar su uniforme, eran los días especiales donde se realizaría algún evento formal o excursión.
Caminaron en dirección del preescolar del menor, donde la profesora les recibió con una sonrisa.

-buen día BaekHyunie, ve adentro, tus amigos te esperan.

El menor asintió despidiéndose de el adulto que le acompañó, besando su mejilla para luego irse en su propio salón de clases.

-¡bacon! ¿Quién era ese señor?.

-yo lo adopte, es mi nuevo appa.

-parece un vagabundo.

-no lo es, mi appa me dijo que los vagabundos son gente sin hogar, y Chen vivirá con nosotros, así que tiene su hogar.

-tiene sentido.

Ambos niños sonrieron poniéndose a jugar entretenidamente mientras esperaban a sus otros compañeros de clase y comenzar con la rutina diaria.

Por otro lado JongDae caminaba con sus viejas prendas por la la ciudad siguiendo su oficio, aunque en realidad, buscaba conocer su verdadera identidad, simplemente sabía su nombre pero más a fondo de aquello no conocía más dejándolo completamente en duda.
Lo que más le gustaba hacer era pedir dinero entre los coches, allí ganaba más que estar sentado con la mano extendida.
Encontró un semáforo señalando el dolor rojo, a lo que le dio la indicación de que podía entrometerse con los choferes de aquellos vehículos.
Normalmente tenían éxito sin embargo hoy no había sido su día de suerte, pero jamás se sentía mal por lo poco que podía ganar, pues de poco a poco se lograban muchas cosas, una frase bien dicha por el mismo con la cual su motivación positiva aumentaba.

Así es la vida de un vagabundo, pero... ¿Cómo es la vida de un vagabundo que fue adoptado por un niño de tres años de edad?.

Adoptando un vagabundo (chenmin) MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora