Capítulo 17

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Me encuentro en un lugar totalmente oscuro, no puedo ver ni siquiera mis manos. Intento agarrarme de algo, pero no hay nada a mi alrededor. No me atrevo a caminar, pues temo caer o tropezar con algo. Me quedo aquí, intentando ubicarme, pero no lo logro.

Avanza me grita mi conciencia pero no me atrevo—tengo miedo—avanza.

Le hago caso y avanzó dando pasos largos y con los brazos abiertos para no perder el equilibrio y caer.

Camino por un largo tiempo sin rumbo, sin saber sí estoy caminando en círculos, sin saber si el próximo paso será en falso. Con la mano derecha palpo una superficie lisa y me aferro a ella como sí de un salva vidas se tratará. Una puerta, busco por todas partes hasta que encuentro la manecilla; tiro de esta y me adentro a una habitación conocida—la casa de mi bisabuela Mabel—deambulo por la estancia que carece de muebles, nada comparado con lo que tiene ahora, veo otra puerta y me dirijo rápidamente hasta ella.

Entro y veo a mi bisabuela hablando con su mamá—mi tatarabuela Charlotte— en lo que parece ser la habitación de alguna de ellas, pero esta apenas tiene un colchón mullido y viejo acompañado de una tenue luz amarilla. Ellas se encuentran arrodilladas y dándome la espalda. Me acerco más y noto que están jóvenes, se podría decir que mi bisabuela tiene mi edad.

—Hola.

Saludo, pero ninguna me escucha. Intento tocarlas más las atravieso. Es como si yo estuviese...Hecho un vistazo a mis manos y noto que irradian luz, como si de un aura se tratara, pero lo que hace que me invada el desconcierto es que son transparentes, al igual que la túnica negra que llevo puesta. ¡Estas muerta! grita mi conciencia. No, no puede ser, yo no puedo estar muerta, no, no, no lo acepto. Se sabe que intenté acabar con mi vida, pero en este momento lo que más quiero es vivir. Quiero llorar, más las lágrimas no salen, me llevo las manos a la cabeza, pero no siento nada, hago lo mismo con mis brazos y tampoco...

–¡Yo no puedo estar muerta! –grito una y otra vez a la nada. –¡Es solo un sueño!

Intento tranquilizarme.

La palabra sueño hace que un mar de recuerdos me invada por completo; Los anónimos, las pesadillas, lo que pasó con Louis, la vez que intenté suicidarme, el embarazo, Dorian, Alan, el libro que me obsequió Rimini, lo que me dijo Patrick. Todo esto me invade y me crean un sentimiento de incertidumbre, tranquilidad y temor.

–Todo va a estar bien, es una de esas pesadillas, pronto vas a despertar Anne, solo una pesadilla. Louis estará a tu lado para escucharte cuando despiertes–. Trato de convencerme.

Respiro hondo y me concentro en la conversación que están teniendo mis abuelas.

–Hija estuve averiguando y sí, sí hay formas certeras de invocarlo.

–Pero, me da miedo mamá, que tal todo salga mal y terminemos haciendo algo indebido o invocando a otro demonio, yo mejor me olvido de eso–. Responde Mabel cubriéndose el rostro con ambas manos. Noto que tenemos un gran parecido; ojos azules y cabellos castaño rojizos.

No puedo creer lo que están diciendo.

–No seas estúpida, me dijiste que querías tener dinero y mucha fama. Esta es la única forma de lograrlo...

–No mamá, hay muchas maneras, esa es... Es la forma fácil y rápida. Yo prefiero esperar.

Me siento junto a ellas y veo que han dibujado un pequeño pentagrama invertido y ellas se encuentran sentadas dentro de un círculo hecho de algo blanco, al parecer sal.

–Sí tu no lo haces, yo lo haré. Ya estoy cansada de vivir de apariencias, de tener esta casa tan grande y no tener con que llenarla, mira; ni una cama en donde dormir tenemos. ¿Crees que esta es la vida que nos merecemos? –. Mabel no responde. – Estoy cansada de que todos los vecinos crean que tenemos una vida perfecta, cuando no tenemos para comer–. Se hace silencio y observo que Charlie ha comenzado a llorar. –Lo único que quiero es que tu ni tus hijos y nietos no sufran lo que hoy estamos pasando tu y yo. Y no me importa si tú no lo quieres hacer, yo lo haré con tal de darte la vida que te mereces.

MILUFER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora