Capítulo 37

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Dedicado a KeniaEsteban

Fui muy ilusa al creer que le podía ganar a Yara, apenas conseguí 17 puntos de 69, o sea cuatro runas. Como perdí, tenía que cumplir mi parte, más decidí que era mejor hacerlas en la habitación de Bishop, puesto que no me quería quedar sola en aquel salón y no quería pasar por el cuarto de esas cosas.

Al despedirme de Yara me dijo que probablemente no nos volveríamos a ver, no le pregunté el porqué, pero dijo que estaría al tanto de que dibujara todas las runas sobre las paredes. A parte de eso, me dijo:

«El infierno puede ser divertido si estás con el demonio correcto»

Después de tomar un baño, me dispongo a dibujar. No me molesto en ponerme ropa, ya me da igual si la uso o no. Escojo comenzar por la pared que está pegada a la cabecera de la cama.

היום יום הולדתו.

הוא ראה אותי ולא מזהה אותי.

אני אלך לבקר אותה בחלומותיה.

אני אנסה לגנוב נשיקה.

ראיתי אותה והיא חייכה אלי.

אני חושבת שהוא אוהב את הנפל.

סוף סוף יכולתי לנשק אותה.

עכשיו אני רוצה יותר, אני רוצה לעשות את זה שלי.

אני לא רואה את הזמן להביא את זה.

Diviso aquellos símbolos en la parte inferior derecha de la pared. Paso mis dedos por ellos y están grabados. La curiosidad me mata por saber que dice ahí, pero tengo que conti... Definitivamente no puedo seguir porque hay más de estos escritos por toda la pared, busco en el libro que me dio Yara y hay unas runas con esos símbolos, pero según lo que ella me dijo, puedo pensar que el demonio los usó como caracteres no como runas.

Busco por cada página del libro la equivalencia de esos caracteres y no la encuentro. Sin más remedio, dejo eso de lado y empiezo a dibujar runas que ni siquiera sé para qué sirven y me sorprende que no pase nada ¿Será que las estoy haciendo mal o solo funciona sobre seres vivos? Y sinceramente no tengo respuesta a esas preguntas.

Cuando ya estoy por comenzar una nueva etapa de la pared, aquellas vetas que tengo en mi cuerpo comienzan a circular de manera rápida cosa que me causa estremecimientos por todo el cuerpo.

Estiro los músculos de mi cuello intentando aliviar esa sensación más es imposible, en vez de eso, los cabellos de mi cabeza se ponen de punta y un escalofrío me recorre de pies a cabeza.

Está aquí.

Dejó de dar la espalda y busco con la mirada a ver si encuentro al causante de mi malestar, pero estoy sola o es lo que creo. Dibujo otra runa.

Está aquí.

Vuelve a insistir mi conciencia, pero yo no lo veo por ningún lado. Me obligo a pensar que estoy sola en esta habitación y a ignorar esa voz en mi cabeza que dice que deje de dar la espalda.

Ante el aumento de mi ritmo cardíaco, decido parar y esperar hasta que algo pase. Es horrible tener el presentimiento de que algo va a suceder y no saber cuándo.

Me bajo de la cama y me planto frente a la puerta, si es verdad que está aquí, en algún momento tendrá que pasas por esa puerta.

Pasan varios minutos y mi corazón literalmente se paraliza al sentir su respiración cerca de mi cuello, que a su vez la acompaña un leve estrépito. Se supone que ya no debería temerle, pero en estos momentos mi miedo es palpable.

MILUFER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora