Capítulo 47

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Ángeles y demonios rodeamos el bunker. El suelo dejó de temblar más ellos no aparecen. Sé que están esperando a que bajemos la guardia para atacar.

Intento ver más allá, pero la nube de arena no deja ver mucho, es más, cada vez se hace más densa.

—Ayúdanos a dibujar runas— pide Bishop entregándome una especie de daga luminosa.

Yara nos pide que dibujemos la runa de los vientos en cada punto cardinal. Bishop por su parte se va dibujando una hilera de runas que no conozco hasta que se pierde en la espesa nube.

Intento dar un paso para ir tras él pero Yara me detiene. —Él estará bien.

Pasan los segundos y él nada que regresa. La zozobra de no saber a qué horas van a atacar sumado la ausencia de Bishop, me esta carcomido de la ansiedad.

—Hola.

—Hola Cemiel—este me abraza y me da un casto beso en la mejilla, el cual me quema más que nunca.

—Que bella estas, qué hiciste para borrar esa cicatriz.

Lo observo a los ojos y noto que son hermosos, es una mezcla entre azul oscuro y blanco; poseen un brillo hipnótico. Casi caigo en la tentación de alagarlo, pero no.

—Bishop, él lo hizo.

Sonrío al recordar la sensación de lengua en mi mejilla.

—Vuelve con los tuyos. —Biltrix en un acto muy infantil, limpia el lado de mi cara donde Cemiel me besó y arde más —. Mira la quemaste.

De inmediato me toco y si, arde.

—Disculpa, no fue mi intención—. Hace un ademán de tocarme pero me alejo.

—Ve con ellos, no te preocupes.

Después de disculparse una vez más, se va y Bishop vuelve. Este me mira de pies a cabeza y no dice nada.

A lo lejos se escucha un zumbido, al parecer son abejas.

—Escúchame y no me desobedezcas. Cuando la última runa se ilumine, ve con los ángeles y cuando se apaguen entra al bunker.

Coge mi mano y ahí dibuja varias runas—Allá dentro te vas a sentir un poco aturdida.

Asiento sin poner objeciones. —De que es ese sonido.

—El señor de las moscas.

Responde Biltrix y una avalancha de mosca cae sobre nosotros. De inmediato Bishop me rodea con sus alas las cuales se encienden.

—¡No pierdan la formación!

Escucho que grita alguien. Quiero ver que está pasando así que suavemente me deshago de las alas de Bishop y cambio a mi forma de demonio. Todo está lleno a moscas, estas se me acercan e intentan llegar a mis ojos, boca, oído y nariz.

Observo que todos los diablos de Biltrix están como si nada pasara mientras las moscas se introducen en sus cuerpos. Los ángeles se han tomado de las manos y desprenden un brillo que quema las moscas y Bishop y Biltrix baten tus alas encendidas... Yo hago lo mismo.

—Atenta. —dice Bishop y yo asiento.

Está vez estoy más nerviosa de lo normal.

La oleada de moscas cesa y las runas se empiezan a encender; convierto mi bastión en espada. Todos estamos listos; hasta que emergen de la nada atacando primero a los ángeles.

No pasa mucho hasta que cientos de diablos cubiertos de un líquido negro viscoso y oloroso nos atacan.

Yo me quedo paralizada viendo la batalla, se ven destellos, bolas de fuego, leguas de agua; todos pelan incluyendo a Yara.

MILUFER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora