Capítulo 42

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Mi madre me cubre con sus alas. No sé en qué momento perdí el equilibrio y caí al suelo. Algo aturdida me pongo en pie y observo lo que pasa a mi alrededor. Hay una veintena de demonios de la orden de Bishop rodeándonos; todo paso tan rápido que no sé si fueron ellos los que nos atacaron. Agarro firmemente mi bastión.

Después de varios segundos de calma vuelven y nos atacan; los hilos del demonio sirvieron de escudo, el ataque proviene desde afuera. Otro impacto. Esta vez los hilos seden y parte del calor de aquella luz se filtra hacia nosotros, se siente insoportable, escuece.

—Sácala de aquí— habla Bishop con tanta calma que me sorprende.

Alguien me agarra de la cintura y me aleja de él.

—¡Suéltame! —miro a mi madre—. ¡Mamá no dejes que me lleven!

Ella desvía su vista hacia el ventanal.

Grito una y otra vez, pero no me hace caso. A medida que vamos llegando al segundo piso, los hilos lo hacen con nosotros y puedo ver que afuera del edificio hay una batalla; hay tantos demonios impidiendo que se acerquen al edifico, pero Azael tiene una espada la cual genera esa luz y los hace perder terreno.

Viene por ti. Susurra mi conciencia y el temor se apodera de mi.

—Vamos rápido— habla Biltrix y yo simplemente no puedo quitar la vista del caos que hay haya fuera y mucho menos de la ráfaga de luz que esta por soltar Azael.

Antes de que pueda ver como esa luz destruye todo a su paso, una completa obscuridad invade todo mi entorno. Aquella sensación de vértigo vuelve a mi cuerpo, lo único que hago es aferrarme a mi bastión y esperar a salir del otro lado del portal. Temo salir y estar sola.

Esta vez el viaje se demora más que cualquiera que haya hecho a través de portales. Pasan varios minutos más hasta que caigo abruptamente no sé dónde. Lentamente abro los ojos y estoy tirada a pocos pasos de Biltrix, el cual está destruyendo aquel espejo.

—¿Estas bien?

—Si. —respondo con la voz apagada.

Detallo el lugar y reconozco el cuarto. Estamos en la casa de mi madre, en su habitación.

—Tenemos que volver Biltrix.

Temo por lo que les pueda pasar, no me perdonaría si alguno de ellos muere por mi culpa. Todo esto es mi culpa.

—No lo harás hasta que Bishop...—niega con la cabeza—No volverás hasta que hayamos matado a esas escorias. Así que, busca ropa porque nos tenemos que ir. —lo observo con el ceño fruncido—Rápido y solo lo necesario. Y vuelve a tu forma humana.

Hago un amague de ir a mi cuarto más, tengo ropa normal, nada útil. Me adentro en el gran closet de mi madre y lo revuelvo todo hasta que encuentro unos trajes similares a los que usé en el infierno. Me pongo uno y guardo los otros en un morral de espalda incluyendo una gorra, gafas de sol, guantes y un peine. Vuelvo a mi forma humana.

—Vamos, estoy lis...

Encuentro a Biltrix, mejor dicho, a Patrick. Era de esperarlo, decían ser hermanos.

Siento tanta rabia. ¿A poco no era obvio que Louis estaba involucrado en esto? Ahora todo concuerda. La noche en que él llegó herido, estar dormida junto a él y después despertar en el infierno. Como fui tan estúpida y no me di cuenta antes.

—Vamos rápido primor.

Ambos salimos de la casa que, al juzgar por su aspecto, está abandonada. Vamos hasta el garaje y sacamos la Toyota todo terreno de Anna.

MILUFER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora