03. Primer día en Hogwarts

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Me desperté con el ruido de mis compañeras de cuarto estaban haciendo, lentamente fui incorporándome, quedándome sentada en la cama de sabanas de color verde, los cojines estaban formando un círculo alrededor de mí. No podía dormir si no tenía algo a mi lado, cuando era niña siempre sostenía mi muñeca de trapo que llevaba a todos lados. Lamentablemente, Draco la prendió fuego hace unos años. Estire mis brazos, bostece cansinamente y gire mi cabeza para ver a Sophia colocarse sus medias grises, arquee una ceja y baje mis ojos cielo a mi reloj mágico. Eran las siete y cuarto de la mañana del lunes, la primera semana de clases.

Me deslice fuera de mi cama, pise con cuidado el suelo de madera oscura. Me quite la pijama con el tiempo ajustado, no tenía muchas ganas de desayunar, tal vez, tomara una manzana para comer luego de clases. Me vestí con el uniforme y la característica corbata de Slytherin. Sophia se termino de vestir con su túnica, me sonrió y le salude con un movimiento de mano. Me acerque a ella, le abrace y ella me correspondió. Nos separamos a los segundos, mi amiga tenía una fragancia dulce y estaba de buen humor, algo fuera de lo común.

-¿Cómo te preparas para el primer día?-me pregunto mi amiga con una sonrisa optimista.

-Será como todos los años. Sólo, con la ventaja que es el último año y podemos hacer magia fuera de Hogwarts.-le respondí con un guiño, nos encaminamos a la salida de la habitación de séptimo.- ¿Y, vos?

-Estaré haciendo clases extras escolares.-me menciono, caminamos por el húmedo pasillo de los dormitorios.- Quiero estar más preparada a la carrera de auror.

-Eres inteligente. ¿Qué te hace pensar que no lograrás?-le pregunte confundida.

Sophia era una buena estudiante, se destacaba en muchas asignaturas y los profesores tenían cierto cariño con ella, especialmente Severus Snape. Así como, ella era modesta, también me sentía de esa forma, a cambio que tenía bien pensado mi futuro como socióloga. Bajamos las escaleras en espiral, pasamos directamente a la Sala Común de Slytherin. Las voces de los demás se sumaron a mis oídos, aún soñolienta me dirigí al tablero de actividades de tiempo libre que Hogwarts ofrecía, en medio de algunos chicos y chicas, estaba Draco y Crabbe.

-Hola, hermano.- le salude con una sonrisa.

La mirada indiferente de Draco, me pareció sobre actuada y no me importo. No entendía porque estábamos tan distanciados, ya que en otros años éramos piel y hueso, siempre juntos. Draco había cambiado, había tomado la influencia de nuestro padre. A diferencia, de mi madre, que era una mujer sincera y dulce, en ciertas ocasiones. Sophia me guió a la tablilla para elegir nuestras clases libres. Ambas decidimos unirnos al coro escolar, también a las clases de latín.

Salimos de la Sala Común al pasillo de la mazmorra que correspondía a la ubicación de nuestra casa. Sophia iba hablando sobre el Torneo de los Tres Magos, estaba emocionada y segura de participar, era correr un desafío voraz y peligroso, para demostrar la capacidad de ser un excelente mago o bruja. Muchos participarían, menos yo. Claro que mi hermano intentaría que entrará a la competición de las escuelas, sólo para hacer honor a nuestro apellido.

-¡Vamos, Ernie!-me dijo Sophia, rodee los ojos.- No va a ser tan malo. Será súper genial.- se expreso con entusiasmo, di un suspiro fatigada.- Tus padres dejaran de verte como una hija sin talento.

-Es cierto, después de todo lo que trato de hacer para ver una aprobación para que ellos no me comprenden.-le dije comprendiendo un poco que Slytherin buscaba encajar constantemente, y eso no iba conmigo. Incluso, los Malfoy.

Subimos las dos escaleras hacia el hall principal, sin querer me choque con una persona que iba por delante de nosotras. Era un joven más grande, claramente, no era un estudiante. Tendría alrededor de veintidós años. Se giro a verme, Sophia se separo para saludar a otros compañeros. Me sonroje, era atractivo. Sus ojos avellanas me contemplaban con serenidad, sus rasgos eran marcados y europeos, pómulos angulosos y unos finos labios rodeados de una barba rojiza, al igual que su cabello.

-¿Sos un nuevo profesor, o algo así?-le pregunte para no parecer una idiota.

-No puedo decirlo, sólo que vengo por un trabajo.-me dijo el joven, arquee una ceja confundida.

-De acuerdo.- asentí.- Soy Ernestine

-Charlie.-se presento con una sonrisa, una blanca y perfecta dentadura.

Sophia regreso a mi lado, jalándome del brazo y me despedí de Charlie agitando mi mano varias veces. Puse mi atención a mi amiga, que corría hacia el Gran Comedor y sonreía divertida, arrugue el ceño extrañada. Sophia estaba desbordando de alegría, y más tarde, tendría la consecuencia de su agresividad, su mal humor y su propio sarcasmo. Entramos al salón, arrastrada por un eufórica Sophia, nos sentamos junto a Anka McKing y Margot Adams.

-¿Se puede saber qué te pasa?-le pregunte tomando un cuenco del centro de la mesa, me serví avena con un poco miel.

-Hable con Sid, y quiere estudiar conmigo en Aritmancia.-me contestó con un suspiro satisfecho.- ¡Soy tan feliz!

-¡Por fin!- exclame aliviada que dejará su timidez para relacionarse.

-¡Sí!-dijo con júbilo, di un bocado a mi avena.- ¿Y, quien era ese pelirrojo?

-Un misterioso chico, amiguis.-le dije recordando esa mirada suave, Sophia me guiño.

-¡Wow! Mírate, después de Emmanuel, tienes suerte.- me dijo en broma. Me reí.

-Es la primera vez que lo veo, ¿bien? No creo encontrarme con él, de nuevo.- le dije vacilando en ese punto. Tal vez, sí o no.

Había tenido una relación de dos años con Emmanuel Lott, el hijo de un gran amigo de mi padre. El rompimiento surgió cuando él, empezó a comportarse como un verdadero egocéntrico, un típico chico rico. Pero, mi padre le agradaba, también se llevaba muy bien con Draco. No fue bueno para mí, muchas veces rompió mi corazón y sus mentiras para recuperarme, me resultaron patéticas. Emmanuel era un buen mentiroso. Tome una manzana roja para comerla más tarde. El profesor Snape, jefe de mi casa y dictaba la clase de Pociones nos entrego nuestros horarios con su rostro frío y silencioso. Leí las dos primeras clases; Adivinación con la silenciosa y extravagante Trewlaney. Y Herbología con la humilde y pacifica Sprout.

-¿Estás lista?- le pregunto a mi amiga.

-Claro, vamos.- asintió Sophia.

Enciende el fuego en mi 1#EnLlamas /Charlie WeasleyxocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora