07. Echando una mano

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Al despertarme en la mañana del segundo día de clases, mis compañeras de curso ya habia salido a desayunar. Estire mis brazos soñolienta, me apresure al vestirme. Tome mi mochila marrón con una insignia de Las Arpías de Holyhead. Salí del dormitorio, cruzando el pasillo con luces tenues del día, y baje a la Sala Común. Me encontré a Anka sentada en un sillón, sus ojos castaños estaban fijos en un adorno sobre la mesita de café, extrañada de verla con esa expresión cohibida, me acerque a ella. Tomé asiento a su lado, le salude con alegría y Anka no me respondió.

-Tal vez, esto no me corresponda.-le dije, siendo amable.- ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no fuiste a desayunar? Podemos ir juntas, ¿si quieres? Aún tenemos tiempo.

-Cierto, no te incumbe.-dijo Anka, finalmente. No me miró, estaba preocupada por ella. Anka podía ser una chica de carácter fuerte, pero era una buena chica con bastantes aspiraciones.

-Puedo ayudarte. Seré una tumba, lo prometo por mi abuelo Hyperion.-le asegure, vacile en demostrar contacto.

-Sí tanto quieres saberlo...-dijo Anka hundiéndose de hombros. Sonreí.- Mi hermano está enfermo. Lo internaron en San Mungo. Tiene algo en su hígado, que provoco convulsiones y vómitos hace un mes.

-Oh, lo siento tanto.-le dije apenada.- San Mungo tiene muy buenos medimagos, sabrán cuidarlo bien. No te preocupes.

Anka era fuerte, se resistió a llorar o decir injurias contra quien sea. Nos quedamos en silencio, lo mejor que podía hacer era respetar su privacidad y su silencio, me despedí volviendo a decir que me buscará si quería hablar con alguien, que yo estaría para escucharla. Me aleje de Anka, dirigiéndome a la salida.

Subí las escaleras en dirección al Gran Comedor, me quedaba diez minutos para comer y beber algo. Busque un lugar libre en la mesa de Slytherin, no vi a Sophia. Me serví café negro, y dos tostadas, sin notar que Marcus estaba hablándome.

-Disculpa, no te escuche.-le dije al prefecto.

-Si sabes que sucede con Anka.- me repitió.

-Será mejor que le preguntes personalmente. - le dije con cuidado de no sonar grosera.- Está triste, deberías hablar con ella. Estaría bien, así pude desahogarse con un amigo.

-Imagino que si sería bueno.- correspondió Marcus.- Iré a hablar con ella ahora.

-Eso estará bien para Anka.

Estaba haciéndole un gran favor a Anka de acercar a su amor platónico a ella, sin tener la intención de dar una poción de Amortentina. Me comportaba como Cupido con mis amistades. Creo que soy muy buena ayudando en el amor, aunque para mí misma, no me daba muy bien las oportunidades. Marcus se despidió. Salió directamente del lugar. Me quedé sola, a medida que los estudiantes se iban retirando del Gran Comedor. Tenía la ilusión de encontrarme con Charlie, necesitaba hablar con él porque considerarme una persona refinada y egocéntrica, no era real. Tampoco, íbamos a lograr nada si no charlábamos. Charlie no me dio tiempo a conocerme, tanto que eso, no le daba derecho a juzgarme.

En la clase de Encantamientos con el profesor Flitwich, un hombre hibrido de una bruja y un duende. Era amable, exigente y tenía un buen gusto al vestirse. El curso estaba parloteando a los segundos que entramos al salón, el pequeño hombre llamó la atención de los estudiantes de Hufflepuf y Slytherin. Anka estaba allí presente, su mente estaba de viaje pensando en la situación que estaba atravesando su familia. No era fácil superar la enfermedad de un allegado, más si se trataba de una persona que le tienes un gran respeto y cariño. Esperaba tener una nueva amiga en este año, y sabía que Sophia me apoyaría en esta idea.

A mi lado estaba mi amiga, tenía el cabello rubio peinado en una trenza de espiga, lo que estaba siendo una tendencia en la moda. Su expresión sería, viendo a Sid que hablaba con una chica pelirroja de Hufflepuf, hice una mueca y llamé su atención jalando de la manga de su túnica.

-¿Qué paso con él?-le pregunte interesada en esa expresión de rencor. Cuando Sophia estaba molesta era echar leña al fuego.- Estás enojada. Lo sé.

-Es un maldito.-dijo apretando los dientes con sus incisivos torcidos.- Quiere tenerme de segunda. O sea, una pérdida de tiempo y una porquería de persona. Claramente, Slytherin es su casa.

-Oh...-dije apenada.- Te veías tan alegre ayer. ¿Cuándo paso eso?

- Fue ayer a la tarde cuando fui a buscarlo, lo escuche hablando con Reymold.- me dijo recargando su espalda contra el asiento.- Tenían una apuesta...conmigo.

-¿Con vos?-dije arqueando una ceja, me acomodé en mi silla y miré a Sophia esperando tener más detalles para después romperle la cara a Sid.

Cuando Sophia intento continuar charlando, el profesor comenzó con la clase. Tendría que esperar al receso para saber sobre Sid y ella. Al principio, creí que el chico podía ser sincero y cariñoso, ahora tenía otra impresión de él. Era otro hombre que jugaba con las emociones de las personas. Observé como la chica de Hufflepuf se reía, también terminaría igual que mi amiga. No quería enterarme que Marcus y Anka tuvieran el mismo problema.

Enciende el fuego en mi 1#EnLlamas /Charlie WeasleyxocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora