26. Enciende el fuego en mi

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El banquete había desaparecido hace momentos, mientras el director de Hogwarts daba indicaciones y felicitaba los buenos tratos que le brindábamos a nuestros huéspedes, llamando la atención de los gemelos Weasley cada tanto, sonreí de lado divertida deseando poder oír sus comentarios. Draco hablaba con un joven búlgaro, que no entendía nada de los planes de mi hermano por ser igualito a mi padre, ser millonario y respetado por los otros como si fuera un chasqueo de dedos, ¡Sueña, hermanito! pensé. El director Dumbledore se detuvo cuando, las risas de las francesas interrumpieron su próximo anuncio. Las chicas rubias estaban alrededor de Cho Chang, que me observaba con una clara y tonta sonrisa. No quería juzgar, no necesitaba llevarme más problemas. Dumbledore carraspeo con fuerza, al no obtener una respuesta, palmeo sus manos produciendo un ruido sordo en todo el salón. Nos cubrimos los oídos afectados por estruendo, el eco fue desapareciendo dejándonos medios aturdidos como si fuera el hechizo mismo.

-Ahora, continuaré.-dijo Dumbledore. Giró su cabeza hacia la izquierda, sin uso verbal accionó mágicamente la base de piedra donde estaba reposando el Cáliz de Fuego con su línea de la edad, según oí que los gemelos Weasley crearon una pócima para cruzarla y fueron rechazados, con la causa adversa de envejecer demasiado, ¡Pobres pelirrojos!

El Gran Salón susurraba. Los estudiantes de todas las Casas se tensaron, contuvieron el aire hasta ponerse morado y murmullos como "No puedo creerlo" "¡Por fin!" . La sonrisa forzada de Madame Máxime y la expresión dura de Igor Karkaroff no decían mucho de sus expectativas en Inglaterra, tenían más ilusiones que el Torneo de los Tres Magos fuera en sus colegios, en sus tierras nativas.

-¿Ernie?-escuche una voz familiar, demasiado cercana para pegarme el grito de mi vida.- ¡Maldición! ¿Quieres dejarme sordo del todo?

-¿Qué te pasa a ti?-le gruñí, mirándolo con los ojos fríos. Era Charlie usando una poción multijugos, con las cejas gruesas y barba oscura a media rasurar.- Oh, ahora era un búlgaro...

-¡Ya, ven conmigo!-insistió.

-¿Pero, me perderé lo mejor?-dije en caprichos.

-Solo, unos minutos.

Di un resoplido. Me reincorporé del banco, retirándome con el falso estudiante de Durmstrang al pasillo del Gran Salón, nos excusamos con el celador que indiferente nos permitió retirarnos. Nos encaminamos hacia el hueco de las escaleras principales, escondiéndonos por un pasaje que conectaba con el Gran Salón. Me crucé de brazos esperando impaciente a Charlie. Su transformación no duró mucho, por lo visto, había pensando en ello anteriormente. Sentí su respiración sobre mi cara, estábamos bastante cerca y su perfume de hierbas silvestres, olía como el Bosque Prohibido. Me encantaba, juraría quedarme todo el día frente a él y oliendo este aroma a frescura en él.

-Ernestine, quisiera aclarar algunas cosas antes de irme.-dijo Charlie, incluso su aliento era fresco, como menta y cedrón.

-¿Tan rápido te marchas?-dije apenada, aflojé mis brazos golpeándome contra él. El espacio era muy angosto, apenas pudimos meternos.- Sólo, han pasado tres semanas.

-Sí, dos semanas más.-asintió, igualmente melancólico.- Me encantaría quedarme en Hogwarts, fueron buenos años.-mencionó soñadoramente, sonreí causándome ternura su sinceridad, sus recuerdos eran puros.- No quiero irme tan lejos del tema, además Dumbledore le gusta dar muchas indicaciones, es un tipo...Lo siento.

Intenté no reírme. Se notaba que Charlie extrañaba sus años de estudiante aquí, conocía tanto que podría escucharlo contarme sobre sus anécdotas, y sus amigos en Hogwarts, como sus mejores calificaciones y sus profesores favoritos.

-Tranquilo, Weasley.-dije con una sonrisa dulce, apoyando su tiempo de expresar sus sentimientos.

Pero, me di cuenta que no podía decirlo tan directo, quería ser sutil con el asunto. Sabía cuál era, y tuve el impulso de tomarlo por el cuello acercándolo despacio a mi rostro. Hice puntitas para besar la comisura de sus labios, suave y dulce.

-¿Por qué?-dijo él, sin separarse de mí. Le había gustado, buscó mi mejilla para devolverme el beso delicado como una rosa fría en invierno.

-Porque, simplemente enciendes el fuego en mí. Porque, eres mi chico raro.-le contesté, rodee su cuello con mis brazos, esta vez, le besé con fuerza y con afecto.


* * *

Hola, hola, potterhead y wattpadericos o el shipp que sea...Ah (suspiro) Que bueno que Ernestine fuera la primera en dar el gran paso, eh? Verdad que ellos siempre son los primeros? Hay romper con los estereotipos, prejuicios. No sirven, no crecemos ni avanzamos de tal modo.

Quería anunciar que estamos cerca del final. 

Y, posiblemente...Una segunda temporada, porque no creo poder resolver todos los asuntos, quedarán pendientes..Estoy pensativa ante esta idea. 

Gracias por seguirme, en especial a ti 

Enciende el fuego en mi 1#EnLlamas /Charlie WeasleyxocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora