La inesperada visita de mi padres había cambiado mi visión de ellos, cuando creía que Draco se trataba del hijo "perfecto y bonito" y mis padres adorándolo como siempre, en realidad querían que pusiera los pies sobre la tierra y pensará con más claridad ante las circunstancias de la vida, porque uno nunca sabe qué tipo de personas se quedaran a tu lado, fielmente y sin contrato. Por eso vi, que mi padre me exigía mantener mi posición como la persona adulta que estaba construyendo en mí misma, porque mis creencias eran centradas sin errores y siempre seguía en la lista de honores de Hogwarts, porque a diferencia de otros adolescentes, yo sabía distinguir los juegos de las realidades, y pocos lograban entender la edad que tenían para ponerse a sí mismos. Esto era lo que entendí, hoy.
Al llegar a Gran Salón, había varios jóvenes sentados en sus mesas aún desayunando, llenando sus ansiosos estómagos de pastelitos, y jugos de frutas, me dirigí a la mesa de Slytherin reuniéndome con Pansy, que estaba haciendo señas para indicarme la ubicación, me sorprendió que Draco estuviera riéndose a carcajadas con una joven de cabello rubio platino, de puntas ondeadas de color negro y sus comentarios con sarcasmo lograban sacar aquella alegría en mi hermano.
-¿Quién es?-le susurré a Pansy, sentándome a su lado y tomando una taza del centro de la mesa.- Nunca vi a alguien que hiciera reír a Draco con tanta sorna.-observé, tomando una jarra de chocolate caliente.
-Una tal Caroline Becker.-me respondió ella, notando su tono de voz era indiferente a la conversación de estos.- A penas, vio a Drac comenzaron a hablar y listo, ¡Ahí tienes!
-¿Ah, celos?-dije sonriendo de lado, Pansy enrojeció inmediatamente de pena.- Ah, bien...Olvida lo que dije.-me retracté para no agobiarla, bebí un sorbo con cuidado.
Un grupo de estudiantes entre sexto y quinto se agolparon en el centro del salón, entusiasmados y cantando a coro, alentando a un nuevo participante para el Torneo de los Tres Magos, estiré mi cuello para poder identificarlo, ya siendo que eran parte de mis compañeros. Él era Cedric Diggory acompañado de su novia y su mejor amigo. Sonreí divertida, pensando que no le faltaban las agallas para comprometerse a una competencia con una fuerte demanda de intereses sociales, y la fuerza de voluntad de competir contra otros colegios, fueran mejores o peores que nosotros, ya quedaba en las deducciones de cada uno. Volví a mi desayuno, entretenida y más calmada que hace unas horas, sentí el calor de una persona a mi lado. Giré mi cabeza, mientras masticaba un pastelito, era Sophia. Tenía su cabello rubio claro, húmedo y peinado en una trenza de espiga, su piel era tersa y blanca. Y, su mirada estaba buscando una forma de alinear sus ideas sobre dejar su nombre sobre el Cáliz de Fuego, o disculparse conmigo, esto último lo estaba dudando.
-¿Quieres que te acompañe?-le pregunte sin pensarlo, no podía fingir maldad con ella porque no merecía tanta hostilidad por andar derrochando mis secretos a terceros, pero si merecía un par de bofetadas para hacerle pisar el suelo de la fidelidad y amistad.- ¿O, quieres la cesta de pastelitos?
-Te ves muy relajada, Malfoy.-dijo con un tono de voz cortante, estaba molesta por romperle el plan con Pansy.- ¿Te golpeaste la cabeza con la pared mientras te bañabas, o naciste estúpida?
-Tú, sabes que significa ser estúpido y eso que ya lo eres.-le atajé, ella arqueo una ceja sonriendo de lado.-¡A destino, Drummond! ¿O, te arriesgas a ganar o a perder en el Torneo de los Tres Magos? Y, sino, sigue siendo la niña rica y marginada de los Drummond.-le dije regresando al principal tema que ella estaba vacilando.- El Niño Bonito está sacando chispas de valentía. Deberías representar a Slytherin, un poco de arrogancia y pureza destrozaría las mentes cerradas.
Sophia hizo varias muecas de intolerancia, resistencia de lanzarme un imperio por mi hostilidad, no podía evitarlo. Ninguna persona debe agachar la cabeza a las discriminaciones, hostilidades y groserías de otros: porque, no estamos para ser vencidos, sino para vencer. Y, no estaba pensando destruir el autoestima de Sophia, quería demostrarle que estaba equivocada con su creencia, ella no estaba viendo las cosas con profundidad en deducir ambas perspectivas, buenas o malas intenciones. Conocía a Sophia, sabía que se esforzaba por seguirme el pie a mis pasos, pero no puedo obligar a alguien imitarme, cuando quiere encontrarse a sí mismo. Y, esto sucedía con ella. Sophia Drummond estaba en auto defensa, en querer encajar si o si en una sociedad.
-¿Pansy, vienes conmigo?-le pregunte, olvidándome de intentar alentar a mi ex mejor amiga a competir. Era preferible que ella misma decida su camino como persona en desarrollo de adultez.- Iré a caminar por el Lago Negro, hasta el horario de clases.
-Sí, está bien.-asintió la chica de catorce, depositando su taza de té sobre la mesa.- Ya veo que Draco continuará engañado por las bromas pésimas de esta rarita.
-Mi hermano tiene un sentido de humor rebuscado.-le correspondí, nos levantamos de la mesa de Slytherin, dejando a Sophia completamente ignorada y confundida.
Empezamos a caminar, otro grupo de estudiantes se acercó corriendo, saltando en círculos alrededor de un joven búlgaro de piel oscura, cabello enrulado y los lados rapados, estilo cresta punk arrojando su nombre en el Cáliz de Fuego, donde las llamas azules ardieron con fuerza, cubriendo el salón de exclamación y entusiasmos de sus compañeros. Sonreí, sería un año interesante para todos y poco tolerante para mí, saber que las relaciones a mi alrededor se rompían, o trataban de aclararse. ¡Qué irónica es la vida! pensé con una sonrisa de lado.
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Enciende el fuego en mi 1#EnLlamas /Charlie Weasleyxoc
FanfictionTrilogía En Llamas; Parte 1 [Completa] Ernestine Malfoy es una joven de diecisiete años, a punto de graduarse de Hogwarts con excelentes calificaciones. Aunque, esto sea un gran logro para ella, no es suficiente para las exigencias de su familia. ...