Enciende el fuego en mi 1#EnLlamas /Charlie Weasleyxoc

11. Tal vez, solo tal vez

En la mañana, me desperté con más sueño de lo normal, después de pensar en la opción de viajar a Rumania teniendo la oportunidad de decirme como sanadora en esas ocasiones, que los dragonistas salieran heridos. No era una carrera muy larga, podía estudiar mientras curaba heridas o quemaduras. Era una idea que estaba empezando a gustarme. Me levante, busque mi uniforme en la silla que cada una tenía al lado de sus camas. Sophia se acerco con su vestido de satén purpura, estaba sonriendo y la mire extrañada, pensando que aún estaba enfadada.

-Sid se arrepintió de lo que hizo.- dijo mi amiga, di un bufido imaginando que ese chico era un inútil.- Le dije que su amigo era igual de estúpido que él. Ahora, quiere recompensarme por su error.

-¿Y, entonces porque la sonrisa?-le pregunte, me coloque la camisa al quitarme mi blusa de franela blanca.

-Porque, Zack Simmons me defendió y me prometió planear una broma a Sid.

-¿De veras? ¿El tipo raro que intenta robarse las pócimas de Snape?.-le inquirí arqueando una ceja, dudando que fuera una buena idea juntarse con él. Sophia me correspondió.- ¿Sabes? Ayer escuche a Charlie hablar con su hermano en el aula de Aritmancia.- comence a decir, me puse la falda y acomode la camisa en el interior.- Hablaban sobre su familia. Charlie trabaja en Rumania, y me pareció una buena opción para recorrer Europa Oriental.

Sophia me escuchaba con su brazos cruzados, me observaba con sus ojos azules y tenía esa expresión de estar maquinando una propuesta bastante descabellada viniendo de su mente tan genuina. Deje de vestirme, le miré esperando su comentario.

-Podemos ir juntas. Este año de vacaciones, y ver que tal es.-dijo, finalmente.

-¿Y, que va a pasar con tu carrera y tu familia?-le pregunte yo.

No quería que Sophia dejará sus planes para seguirme al otro lado del mundo. Ella no dejaría que me marchará sin una aventura juntas, no estaba segura. Sophia sonrió, puso su mano en mi hombro.

-No te preocupes. Mi familia estará de acuerdo, recuerda que mi padre es arqueólogo y conoce muchos lugares. Mi madre es auror, podrá conseguir otra plaza.- me dijo con decisión.

-¿Estás segura? No sé como haces pero eres muy soñadora, Sophie.-le dije con cariño, ella se rio.

-Iré a cambiarme, y subimos a desayunar. Hoy tenemos nuestra primera clase del coro con Flitwch.

-Sí, seguramente haremos algunas canciones para el Torneo de los Tres Magos.-aseguré.

Termine de vestirme, busque a mi gata para darle de comer y peinarla, mientras esperaba a mi amiga. Anka se acerco ya vestida, y su túnica en la mano, le invite a sentarse en mi cama que hace unos segundos había terminando de tenderla.

-Oye, siento meterme en el tema.- dijo con timidez, le sonreí.- Tengo a mi prima viviendo en Rumania. Es un país muy hermoso y natural para visitar.

-No pasa nada, en serio.-le resté importancia a sus orejas que oían todo.- No digas nada aún. Quiero averiguar algunas cosas, ¿bien?

-Está bien. Somos amigas, no traicionó.

-Eso espero.

Sophia había terminado de vestirse, nos unimos a ella para irnos. Salimos de la habitación de séptimo que compartíamos con otras tres chicas. Pasamos a la sala, observe a mi alrededor buscando a Draco, que estaba hablando con Astoria Greengass que se ruborizaba a los cumplidos de mi hermano. Seguí a mis amigas a la salida de la mazmorra de Slytherin, ellas se pusieron a hablar sobre los días que faltaban para la llegada de los institutos que participarían del Torneo de Tres Magos. Subimos las escaleras con otros estudiantes de mi casa, iba detrás de ellas pensando en Charlie, necesitaba hablar con él. Estaba acostumbrada a los rechazos, pero no podía aceptar que él también lo hiciera por mi apellido. Pensé, buscar su campamento luego de clases.

El coro de Hogwarts planeaba la bienvenida a los otros colegios de magia para el Torneo de los Tres Magos. Pasamos la primera clase preparando nuestras voces, respiración y opinando sobre las opciones para ensayar algunas canciones. Durmstrang y Beauxtons llegarán el sábado que viene. Teníamos varios días para practicar, eso me ponía nerviosa, porque hace tiempo que no cantaba. En las reuniones de la familia, era la única que alegraba esas caras recortadas de frialdad y egocentrismo. Mi madre y mi abuelo paterno eran los únicos que tenían una personalidad abierta y soñadora. Y, así cantaba tocando el piano para toda la familia.

Sophia se quedó unos minutos hablando con el profesor de Encantamientos. No tenía problemas de esperarla. La noche todavía no caía. Pero, si la Luna aparecía transparente por el atardecer. Alguien toco mi hombro con suavidad, me giré encontrándome con Cho Chang.

-¡Ey, Cho!-le salude con una sonrisa.

-Me asombra que estés en el coro.- dijo con suavidad como si temiera que la golpeara.

-Oye, si Ravenclaw tiene talento, no quiere decir que los demás no puedan tenerlo.-le mencione con un guiño.

-No estoy negándolo.- se apresuró a decir, arrugue el ceño.- Sólo, que Slytherin tiene más afición al Quidditch como Gryfflindor. Es una razón para tener rivalidad.

-Eso sería otro asunto. Salazar y Godric tienen la culpa.- le dije con una mueca disgustada de las comparaciones.- También, me parece innecesario ofender a los leones.

Cho se puso a divagar, me reí de su distracción y ella se ruborizo, vacilando.

-Disculpa, Ernestine.- dijo, al fin.- No quería ofenderte. Es que, eres tan diferente a tu familia...

-Sí, lo sé. Te aseguro que muy pocos Slytherin demuestran sentimientos.

-Supongo.- dijo Cho mirando por detrás de mí.- Te veré en la siguiente clase.

Tome esas palabras con una sonrisa, le abrace con cariño y dudo en abrazarme, y termino haciéndolo. Cho se separó, retirándose del aula de Encantamientos. Me giré en busca de mi amiga, que estaba acomodando su bolso, me acerque a ella y llame su atención jalando la manga de su túnica.

-Iré a ver a Charlie.-le dije sonrojada, confiada.- Buscaré su campamento.

-¿Dónde?-pregunto Sophia, colocándose su bolso en el hombro.

-Imagino que estará en el Bosque Prohibido.- le dije pensativa, no estaba segura.

-¡¿Estás enferma de la cabeza, Ernestine Narcissa?!.- me espetó alarmada, mirándome con el ceño fruncido.

-Estaré bien, no pasará nada.

-Definitivamente, estás loca.-confirmó, tomó mi hombro.- ¿Por qué no envías un Patronus?

-No sé su ubicación.- le señalé, ella me correspondió.

Salimos al pasillo del aula donde estábamos ensayando, la mayoría se habían dispersados por sus destinos en el castillo. Nos encaminamos, mientras debatíamos la forma más segura de recorrer el Bosque Prohibido, y no terminar siendo secuestrada por los centauros. Llegamos al patio central, había pocos chicos, algunos eran Hufflepuf que disfrutaban del aire libre. Muy natural y característico de esa casa.

-Aquí llegamos.-le dije a mi amiga con un suspiro, estaba nerviosa.

-Entonces, nos vemos en la cena. No hagas que Marcus nos quite puntos, o McGonagall te castigue.- me advirtió. Ya habíamos llegado a un acuerdo para encontrar el campamento de Charlie.

-No te preocupes. Estaré a las siete.